El voto de la mujer en México II

María Guadalupe Méndez Correa: El voto de la mujer en México II.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

En 1953 la mujer logra el derecho al voto en México, hace ya 71 años y vota por primera vez el 3 de julio de 1955.

Hermila Galindo Acosta tuvo una importante participación en los trabajos del Constituyente de 1917, origen de nuestra actual Constitución.

Hermila, mujer de ideales carrancistas, trabajaba muy de cerca con Venustiano Carranza, posición privilegiada que posibilitó su llegada al Congreso de Querétaro para articular un discurso en el que defendió el acceso de la mujer al voto y a ocupar cargos públicos. En su intervención precisó la importancia de la mujer en la vida pública y en cargos que le permitieran organizarse para defender sus derechos, de sus hijos y de la humanidad entera. La facultad de las mujeres a ejercer sus prerrogativas era un asunto de estricta justicia, sostenía Galindo Acosta. Los integrantes del Constituyente no compartían sus ideales y aunque no cancelaron la participación de la mujer en la vida pública, sí la limitaron.

El Consejo Feminista Mexicano, la Liga Panamericana de la Mujer de 1923, la Sección Mexicana de la Liga Panamericana, entre otras organizaciones, mantuvieron con vida la lucha por el voto femenino, por eso resulta importante mencionar a mujeres como Elena y Refugio García, integrantes del Partido Comunista Mexicano, y a Margarita Robles, de la Liga Panamericana, todas con grandes ideas y honesto deseo de impulsar a la mujer en la vida política de México; aunque con ideales vinculados a sus convicciones políticas, todas generaron el impulso que se requería en el país para trazar la ruta del voto femenino.

Durante el decenio de 1920 a 1930 la historia nos indica cómo las mujeres realizaron intentos de participar activamente en la política, sin embargo la barrera impuesta por los hombres del poder frenaba en mucho la actividad política de las mujeres limitando su participación hasta reducirla a la organización de campañas y de otros actos vinculados a espacios de participación, un ejemplo claro fue la época del Maximato, donde las mujeres consiguieron espacios y se abrieron patrocinios para organizar Congresos Nacionales con la participación de mujeres obreras y campesinas. Galindo Acosta tuvo una intervención activa en el Primer Congreso Feminista de Yucatán, en 1916.

Entre 1931 y 1933 se efectuaron dos Congresos, en donde las mujeres dieron cabida a demandas en torno a su participación en la vida política, pero las rencillas entre las mujeres del Partido Comunista y el Partido Nacional Revolucionario siguieron siendo tema central. En 1935 quedan resueltas las diferencias y se consigue una colaboración para generar alianzas en pro de los derechos de las mujeres.

*Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán. 

Lo más leído

skeleton





skeleton