A finales de 2023 mucho se comentó que los estudiantes mexicanos salieron reprobados en la prueba PISA 2022 y que hubo un retroceso comparando los anteriores resultados. Viendo las cifras es cierto, pero ¿cómo debemos interpretar esos datos?

Comencemos por decir que PISA son las siglas en inglés del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes, organizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Pretende medir la capacidad de los alumnos de 15 años para utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias para afrontar retos de la vida real y se aplica en los países participantes. Igual es importante aclarar que de los países evaluados sólo se mide una muestra de los estudiantes, esto quiere decir que no todos los alumnos de 15 años son evaluados, sino una parte de ellos. El primer año que se aplicó fue en el 2000 y se presenta cada tres años, excepto esta última ocasión que debido a la pandemia fueron 4 años.

Este dato es importante, ya que la anterior aplicación de la prueba fue en 2018 y debido a la pandemia hubo cerca de dos años de clases a distancia; con las dificultades que eso implicó, tanto para alumnos como para docentes y padres de familia. Si les tocó tener hijos, nietos, sobrinos en esta situación, saben bien la dificultad que fue para los estudiantes el poder continuar con su aprendizaje.

Analizando los datos que se presentaron: México en todos los rubros está por debajo de la media de los países que sustentaron la prueba. En lectura obtuvo 415 puntos, cinco menos que en 2018. En matemáticas obtuvo 395, 14 menos; y en ciencias obtuvo 410, 9 menos. Pareciese que todo está muy mal.

Lo que no se mencionó es que de los 81 países evaluados, en lectura, apenas 15 países mejoraron sus resultados. En matemáticas 11 lograron mejorar y en ciencias 34 obtuvieron puntajes superiores. Del resto, la mayoría de los países obtuvo retrocesos en los puntajes obtenidos con relación a la aplicación 2018. Incluso los países que obtuvieron los puntajes más altos en las áreas evaluadas en 2022, tuvieron retroceso comparado con la aplicación 2018 (datos del OCDE). Evidentemente la pandemia dejó rezago en los aprendizajes de los estudiantes en todo el mundo.

Pero no sólo es eso. La misma OCDE afirma que desde la primera aplicación del 2000 ha habido un retroceso global constante tanto en lectura, como en matemáticas y ciencias con relación a los puntajes obtenidos. Los resultados en todos los rubros han sido más bajos con cada aplicación de manera constante. Aunque en la última aplicación hubo una caída significativa. Entonces habría que replantearse si son los alumnos o la forma de evaluarlos.

Cierto, la evaluación externa es buena y como país necesitamos mejorar. Pero hay que ser prudentes y no preocuparnos, sino ocuparnos. Confiemos en los maestros que ahora están apropiándose de un nuevo plan de estudios. Veamos las realidades detrás de los datos. El futuro es esperanzador.