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A lo largo y ancho del país, los operadores turísticos extrañan aquellas épocas doradas en las que llegaban multitudes de viajeros provenientes de todos los rincones del mundo. Y es que, a pesar del boom postpandemia, en México no se han dado las condiciones para detonar el desarrollo de la mano del flujo de los turistas.

En parte, éste es un hecho que se presenta por el desmantelamiento de los institutos públicos dedicados a la promoción de México en el mundo. Si bien, la corrupción es un lastre atemporal que ha mermado desde hace tiempo a las finanzas públicas, nada justificó que se derrumbara con hacha la estrategia que estaba vigente sin, además, crear nada nuevo para apoyar al turismo nacional.

La baja en los ingresos de hoteleros y restauranteros es un fenómeno que no ha tenido solución. Es lamentable que no existan políticas públicas para rescatar y apoyar a un sector de suma importancia para la generación de empleos.

Lejos quedaron los momentos gloriosos del turismo mexicano y de la constante derrama económica tanto en pueblos mágicos, playas y zonas arqueológicas. La política oficialista que privilegia los decretazos no ayuda a dinamitar las posibilidades de inversión y desarrollo impulsado por la iniciativa privada.

Incluso, los daños colaterales de la merma turística han impactado también a ciudadanos que invirtieron en la mejora de sus propiedades con miras a ofertarlas en plataformas de hospedaje como Airbnb. Sin huéspedes ni turistas, muchas familias ven limitada la generación de ingresos por causas que aún no alcanzan a comprender y cuyo escenario contrasta con lo vivido en años anteriores.

Mantenerse del turismo está dejando de ser opción para aquellos clanes que durante generaciones se sustentaron sólo de la atención y servicio a los viajeros nacionales y extranjeros. Triste situación están pasando los proveedores turísticos de las playas ante la que podría ser una de las peores temporadas de la década.

Es evidente que en esta situación también está inmersa la enorme oferta de opciones que hay en otras partes del mundo. Las personas deciden a dónde ir de vacaciones por muchos factores, entre ellos, la de conocer la oferta que tienen para ellos en las distintas naciones. Ahí vale la pena preguntarse qué es lo que se está promocionando de México en el extranjero.

Ante la problemática global del turismo, la construcción del tren maya ha generado gran expectativa sobre la forma en la que este nuevo transporte podría detonar a la región. La idea es que lleguen turistas y que gasten sus divisas en territorio nacional, si esto no sucede en los próximos meses daremos la bienvenida a un verdadero apocalipsis. Al tiempo.

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