Ricardo Monreal volverá a ganar, aunque en los hechos todos verán una inminente derrota en su contra. Y es que, al asegurar su participación en la contienda para seleccionar al candidato morenista, junto a Sheinbaum, Adán Augusto y Ebrard, el zacatecano ya tiene en la bolsa el hueso de la continuidad.

Monreal sabe más que nadie que no le alcanza para ser abanderado del oficialismo en 2024, sin embargo, sí tiene la astucia para negociar una silla en el gabinete federal, situación que ya hasta quedó avalada y consensuada en el protocolo que seguirá el partido para la definición de la candidatura hacia la Silla del Águila.

Así, una vez pasada la elección, el senador de mil batallas se mudará a un nuevo despacho patrocinado por la magistral jugada en la que muchos verán sólo un premio de consolación, pero que, para él, será la concreción del plan que proyectó con miras a seguir en la grilla.

Mientras tanto, los otros tres, es decir, los que sí tienen posibilidades de hacerse con la candidatura, se darán con todo. Lloverán sombrerazos cada vez más fuertes y se intensificará la guerra sucia con el avance de los meses.

Las campañas millonarias serán regla en todo México haciendo eco del viejo estilo priista que caracterizó al siglo pasado. Camiones, bardas y espectaculares ya lucen hashtags simplones en tonos guinda y negro con los que se pretende influir en la gente para dictarle al electorado quién es el que sigue.

La imagen de AMLO es usada sobre todo por Claudia, tal como lo hicieron en su momento los del revolucionario institucional con miras a legitimar los dedazos. La imagen del líder es empleada para “bendecir” al nuevo candidato y ganar así las venias del pueblo.

Ese mismo discurso se replica en candidaturas de menor calibre, ya todos tiene sus hashtags tropicalizados y diseños en los tonos del movimiento, con un guinda chillón que enmarca apellidos que hace poco pululaban en otros bandos del espectro político.

La memoria es corta y prueba de ellos es que los mismos rostros que hoy juegan en la mesa principal del casino, son aquellos que vivieron años bajo el amparo y protección de partidos como el PAN, PRI y PRD. El perverso baño de purificación pone a la ciudadanía en la disyuntiva de elegir más de lo mismo pero coloreado de forma distinta. Al tiempo.