Comunicación, educación en salud y pueblo maya

Miguel Güémez Pineda: Comunicación, educación en salud y pueblo maya.

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Uno de los problemas que regularmente afronta el personal de salud (médicos, enfermeras, nutriólogos, rehabilitadores, promotores) en comunidades rurales y en hospitales regionales de la Península yucateca (donde un tercio de la población es maya), es el de la comunicación. Esta barrera puede operar en distintos ámbitos: en la clínica u hospital durante la consulta con el paciente; en las acciones de prevención y promoción de la salud comunitaria: pláticas, talleres, visitas domiciliarias, ferias de salud.

Estudios antropológicos sobre la relación médicopaciente han demostrado que, si una persona que sufre no puede comunicárselo a otra, vive su dolencia en un estado de gran angustia. Si bien una de las bases en la relación entre el personal médico y el paciente es la comunicación verbal, también lo es la comunicación no verbal, a veces con la expresión facial o corporal, hacen patente su rechazo. Estas formas de discriminación y exclusión étnica continúan tan arraigadas que, muchas veces, se reproducen inconscientemente, no sólo en las relaciones sociales cotidianas, también son trasladadas por el personal de salud en las clínicas y hospitales.

En educación en salud, una de las principales fallas identificadas es la falta de capacitación cultural y lingüística al personal de salud en el manejo integral de las enfermedades crónicas, como la diabetes y los trastornos asociados, lo que acaba por afectar la falta de adherencia a tratamientos y/o conductas como el incumplimiento de la dieta). En parte, esto deriva de la falta de un enfoque intercultural o una definición limitada de lo que significa enmarcar o adecuar las acciones de salud en una perspectiva intercultural en la que participen los grupos sociales involucrados.

En México, desde hace más de cuatro décadas, se ha pugnado por la integración de mediadores o facilitadores interculturales bilingües en zonas indígenas, se trata de profesionales que saben de la cultura médica local y poseen conocimientos de biomedicina. Como parte del personal de salud pueden: A) Informar y orientar a enfermos y/o sus familiares que requieran de hospitalización; B) Apoyar a pacientes hospitalizados y a los equipos de salud; C) Facilitar la comprensión de cuidados e indicaciones médicas en los centros de salud y la interacción del enfermo en el consultorio u hospital; D) Desarrollar acciones de prevención y promoción de la salud y la alimentaciónen la comunidad con énfasis en el contexto cultural; E) Apoyar a los equipos de salud a transversalizar el enfoque intercultural; F) Participar en rondas médicas y visitas domiciliarias, detección de enfermos; entre otras acciones clínicas y trámites administrativos.

En la práctica, han sido escasos los esfuerzos por reconocer necesidades culturales y locales específicas, sobre todo si entran en contradicción con la visión de cuáles son las prescripciones sanitarias correctas. Y ello acaba por generar desconfianza en el paciente, por afectar su capacidad de autocuidado y por alejarlo en momentos cruciales de la enfermedad, lo que repercute en mayores complicaciones y a una mayor morbilidad y mortalidad.

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