En Yucatán hay personas que han realizado cosas extraordinarias y, sin embargo, han sido poco conocidas y reconocidas en nuestro terruño. Este es el caso del médico yucateco Jorge R. Fernández Osorio. Lo conocí en 1986 cuando el antropólogo-médico Eduardo Menéndez, me lo recomendó para asesorar mi tesis de maestría en antropología social que cursaba en la ENAH: “Percepción social y formas de respuesta obrera ante los procesos de salud de salud-enfermedad laboral en la industria Siderúrgica de Yucatán”, y desde entonces establecí con él una relación formativa y de amistad por más de 20 años.

Nació en Mérida en 1923 y fue único hijo de José Fernández Lanz y de Raquel Osorio. Su infancia y adolescencia transcurrió en el barrio de Santiago, que siempre rememoró; tanto que escribió la oda “Añoranzas del Rumbo de Santiago”. Vivió en Coyoacán junto con su esposa Rosa María hasta que éste falleció en 2009. El bienestar de los trabajadores fue siempre una preocupación en su vida, sus capacidades intelectuales trascendieron el espacio profesional para convertirse en una ocupación de lucha social y política, así lo refleja su desempeño como médico de puesto de fábrica del IMSS y como director de Medicina del Trabajo del Centro Médico Nacional, cargos que le permitieron palpar el drama que encierra la pérdida de la salud de los trabajadores.

En 1961 se hizo acreedor a una beca de la OMS para cursar la maestría de medicina industrial en la Universidad de Cincinnati. A su regreso a México, siendo profesor de la especialización en Medicina del Trabajo en la UNAM, fundó la Unidad de Salud en el Trabajo y creó el programa de Servicio Social en el sector industrial. Fue director de la Unidad de Medicina del Trabajo del Centro Médico Nacional del IMSS entre 1968-1973, asesor en Prevención de Riesgos de Trabajo del Comité Permanente Interamericano de Seguridad Social y del Departamento de Asuntos Internacionales del IMSS entre 1973-1977; y consultor de la Oficina Panamericana de la Salud entre 1978-1988.

Paralelamente a estas actividades el Dr. Fernández contribuyó, mediante reportes científicos, a soluciones ergonómicas para las trabajadoras telefonistas; a la prevención de fatiga en controladores de tráfico aéreo de Aeroméxico, y al mejoramiento de las condiciones de salud y seguridad de los trabajadores del Sindicato Mexicano de Electricistas; y de los obreros metalúrgicos de Altos Hornos de Monclova, entre otros.

Fue coordinador del Departamento de Medicina Social en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán en el periodo 1983-1988. Y entre 1987-1990 impartió en esa Facultad una serie de cursos de actualización sobre salud en el trabajo.

Publicó los libros: “Estudio fisiológico, médico y psiquiátrico en trabajadores expuestos en alto riesgo eléctrico” (SME, 1978); “La lucha de los trabajadores por su salud” (1999); y “Medicina del trabajo y salud de los trabajadores” (2003) donde plasma su experiencia de más de 50 años de práctica social en el campo de la medicina del trabajo y la salud de los trabajadores: sus patologías, accidentes laborales y desgaste físico y mental en puestos de fábrica. Dejó inconclusa la obra que llevaría por título “La piel del trabajador”. Escribió artículos en revistas especializadas, dictó conferencias e impartió cursos sobre salud en el trabajo y prevención de riesgos en distintos países de América Latina.