Ante la crisis, fraternidad sensible, humana
El poder de la pluma
El pasado 25 de febrero, como mandata la ley, rendí el Informe Anual de Actividades 2020 de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán, ante la soberanía del H. Congreso del Estado. El informe está disponible en la página de codhey.org
Debido al Covid-19, adecuamos nuestra labor de protección, promoción y defensa de las prerrogativas fundamentales en Yucatán, primero para cuidar la salud de quienes acuden a nosotros ante la presunta vulneración de sus derechos humanos, sin menoscabo de la protección sanitaria de nuestro personal.
Recibimos 2,769 solicitudes de intervención, promedio de 8 diarias, de las cuales 1,367 fueron competencia de la Codhey y 1,312 las orientamos o canalizamos a las instancias correspondientes. De las 1,367 solicitudes, competencia de la Comisión, 1,026 las integramos como Expedientes de Gestión en la Oficialía de Quejas y Orientación, y 341 como Expedientes de Queja en la Visitaduría General, en donde fueron calificadas como presuntas violaciones a derechos humanos. Integramos un promedio mensual de casi 114 expedientes de investigación. En 29 calificamos presuntas violaciones a derechos humanos.
Fueron 62 autoridades las señaladas como responsables de violaciones a derechos humanos, entre ellas: Secretaría de Seguridad Pública del Estado, Ayuntamiento de Kanasín, Fiscalía General del Estado, Secretaría de Educación del Gobierno del Estado, Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia, Secretaría de Salud, Ayuntamiento de Celestún, Ayuntamiento de Mérida, Ayuntamiento de Progreso y Ayuntamiento de Valladolid.
Trabajamos en la capacitación de nuestro personal, y nuestra sociedad y en la adecuación de leyes y ordenamientos municipales, para mejorar la atención en las prerrogativas fundamentales de nuestra sociedad.
Siempre en busca de mejoría para atender a nuestra población tenemos nuevas sedes en Mérida y Tekax y contamos con un terreno donado por el Ayuntamiento de Mérida para hacer realidad el tener un edificio propio en nuestra ciudad capital.
Las autoridades y la sociedad debemos redoblar esfuerzos en seguridad pública y en el derecho a la salud, sobre todo en la salud mental que se agrava por el estrés, ansiedad y depresión a consecuencia del confinamiento, a la pérdida de oportunidades y a la crisis económica derivadas de la pandemia, a la que venceremos con el trabajo conjunto de sociedad y autoridades.
Ninguna crisis, por extrema que sea, causará daño irreversible si la enfrentamos unidos, comprometidos con los más desprotegidos, y en una fraternidad sensible y humana. Esas son las características que distinguen a la sociedad de Yucatán.