Raro será el hogar en el que no se haya recordado y festejado a las progenitoras, el pasado 10, Día de la Madre. Volvamos la mirada hacia esas mujeres que han procreado un hijo o hija, porque muchas sufren la vulneración de sus derechos humanos, por diversas causas.

En el trabajo la mujer con hijos enfrenta condiciones más adversas que aquellas que no los tienen, según indica el Instituto Nacional de las Mujeres, porque tienen que combinar sus actividades, la crianza de hijas e hijos, trabajo en el hogar y fuera de él. También se considera que al aumentar el número de hijos disminuye su participación laboral. De 1 a 2 hijos se estima 49.6%. De 3 a 5 vástagos, 41.4%; contra el 22.7% de aquellas que tienen 6 o más hijos.

INMUJERES también señala que: la mortalidad materna es un hecho inaceptable y ésta se presenta en mayor medida por la pobreza, la distancia, la falta de información, la inexistencia de servicios adecuados, las prácticas culturales, entre otros factores que derivan en muertes debidas a complicaciones del parto, el embarazo o el puerperio. Es un indicador de desigualdad y rezago social, ya que es en los países y zonas de menor desarrollo económico en donde ocurren en mayor número y son las mujeres pobres las que tienen mayor riesgo de morir por estas causas.

La mujer es considerada como un grupo en situación de vulnerabilidad. La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, ENDIREH, 2021 considera que en nuestro país 70.1% de las mujeres de 15 años y más ha experimentado, al menos, una situación de violencia a lo largo de la vida. La violencia psicológica fue la de mayor prevalencia (51.6%), seguida de violencia sexual (49.7%). En el ámbito comunitario es donde viven mayor violencia (45.6%), seguido de la relación de pareja (39.9%).

Este atisbo de los problemas que sufren las mujeres nos indica que la sociedad y las autoridades tenemos que hacer un esfuerzo adicional para revertir esas dificultades que afectan a las madres, a quienes con toda hermosura cantara Antonio Mediz Bolio en su poema ¡Mater admirabilis!, cuyos fragmentos finales debemos hacer realidad:

¡Madre de los héroes!, / ¡Madre de los mártires!, / ¡Madre del soldado que cayó en campaña!, / ¡Madre del que sueña con la gloria arisca!, / ¡Madre del que busca paz sin encontrarla!, / ¡Madre del que vence con fortuna y fama!, / ¡Madre de mendigos y de paladines!,/ de triunfantes próceres y de obscuros parias. / ¡Sean todas benditas en todas las lenguas, / por todos los hombres de todas las razas! / ¡Mater admirabilis! / ¡Santas madres nuestras! / ¡Que nos dieron todo sin pedirnos nada!