Una vez más, la naturaleza demuestra su fuerza y su implacabilidad, con la destrucción que ocasionó el huracán “Otis”, en el estado de Guerrero, donde Acapulco refleja con claridad la potencia del meteoro que dejó más de 40 muertos y 4 desaparecidos.

Grandes desastres naturales, como inundaciones o sequías, terremotos, heladas y maremotos, son fenómenos naturales que demuestran la pequeñez de todo un pueblo, una sociedad, a la hora de hacer frente a una naturaleza desbocada y nos invita a realizar una profunda reflexión en torno a la irresponsabilidad humana, que ha logrado desequilibrar las fuerzas de la naturaleza.

Las imágenes, que han dado la vuelta al mundo, son por demás evidencia irrefutable de lo que ha sucedido a causa del huracán “Otis”, que con la máxima categoría que se ha otorgado a estos meteoros, dejó sin hogar a miles de personas que ahora han de hacer un esfuerzo adicional, no sólo para sobrevivir, sino para recuperar su patrimonio.

Dicen los expertos, por ejemplo, la ONU, que en el cambio climático, desde el Siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal motor de ese desequilibrio, debido en primer término, a la quema de combustibles fósiles, como el petróleo, el carbón y el gas.

Millones de toneladas de gases producto de esa combustión, ocasionan el efecto invernadero que envuelve a la tierra y atrapan el calor del Sol elevando las temperaturas. Hay muchas acciones más de la mano del hombre que generan gases de efecto invernadero y consecuentemente las alteraciones en el ambiente.

Tiempo es ya de que la humanidad en pleno frene el ecocidio, en aras de una falsa economía, privilegiando el consumo de elementos que generan esos gases de invernadero.

Es preciso encontrar alternativas que, en lugar de depredar el medio, sean amigables con nuestra flora y fauna, para que la humanidad y, consecuentemente, las futuras generaciones tengan un mundo sustentable para satisfacer a plenitud las necesidades de la población mundial, sin comprometer el planeta limpio y equilibrado que debemos de dejarles, sin menoscabo de lo que la presente requiere para sobrevivir en un mundo más amigable.

Hoy, todo México debe de solidarizarse con el pueblo de Guerrero, que se ha visto devastado por la fuerza de la naturaleza; es tiempo de demostrar que la empatía y la solidaridad son más poderosas que cualquier amenaza natural.

La Codhey abrió un Centro de Acopio en Apoyo a Guerrero, a fin de recolectar artículos de higiene personal, víveres, leche en polvo, pañales, toallitas, etc. La persona que se interese en donar puede recibir información en los teléfonos 9999279275 y 9996886754.