El 18 de diciembre de 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), en su resolución A/RES/68/163, proclamó el 2 de noviembre como Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, con el cual se condenan todos los ataques y la violencia contra estos profesionistas y los trabajadores de los medios de comunicación, tales como actos de tortura, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, intimidación y acoso, tanto en las situaciones de conflicto como en otros contextos.

La mencionada resolución se centra en el reconocimiento de las graves consecuencias que tiene la impunidad, especialmente en los casos la relacionados con los crímenes contra periodistas, pues lamentablemente más de mil han sido asesinados en los últimos 12 años y cuya violencia se agudizan cuando es cometida en contra de las mujeres, quienes sufren más agresiones por cuestiones de género y corren muchos más riesgos, entre los que se encuentra sufrir agresiones sexuales.

Ante el auge de los conflictos y otras crisis, la conmemoración de 2024 pone sobre la mesa un debate más amplio sobre la seguridad de los periodistas que trabajan en estos contextos, con el objetivo de tratar cuestiones de prevención, de protección y de enjuiciamiento de los periodistas afectados.

Con el fin de abordar los ataques y la impunidad de los crímenes contra los periodistas, la ONU ha diseñado un Plan de Acción sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad, el cual reúne a organismos de la ONU, autoridades nacionales, medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil.

Con este Plan, la cuestión de la seguridad de los periodistas ha adquirido una mayor visibilidad en la ONU, además del Llamamiento a la Acción del Secretario General de la ONU en favor de los derechos humanos, la protección de los periodistas como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y la creación de coaliciones internacionales de gobiernos y de la sociedad civil, que ha servido para provocar cambios sobre el terreno, como la creación de mecanismos nacionales de seguridad en al menos 50 países.

A pesar de estos logros, queda mucho camino que recorrer, pues aún persiste el alto índice de impunidad de los delitos contra los periodistas y se dan nuevas formas de amenazas sin precedentes.