El impacto en la construcción, de la quinta generación de redes
Raúl Asís Monforte González: El impacto en la construcción, de la quinta generación de redes.
Seguro alguna vez has presenciado una conferencia en la que el presentador aprieta el botón del control remoto y la diapositiva no cambia de inmediato a la siguiente, entonces los nervios hacen que el orador apriete de nuevo una segunda, tercera o más veces. Cuando el aparato por fin responde, entonces pasan todas las diapositivas juntas según el número de veces que haya apretado, luego quiere regresar y… ya todo es un desastre, el orador ya tiene un ataque de nervios espectacular, y probablemente no recupere la seguridad y compostura por el resto de la charla.
Eso no sucede porque el dispositivo de control esté fallando, sino por un fenómeno conocido como latencia, definido éste como el tiempo que le toma a una señal ser enviada, llegar a su destino y retornar con la respuesta. En el caso que nos ocupa, esa señal viaja a través de una red WiFi existente en el auditorio o salón de conferencias.
También te habrás fijado que hace mucho que no compras un software de aquellos que venían en un CD, unidad USB, o descargabas de un sitio para instalar en el disco duro de tu computadora. Salvo contadas excepciones, ahora casi todo consiste en pagar una tarifa periódica por utilizar un programa que se encuentra en la nube. A esto se le conoce como cloud computing.
Conocidas como la quinta generación en tecnología de transmisión de datos inalámbrica, las redes 5G ya están en implementación en muchos lugares del mundo y comenzarán a masificarse en el corto plazo. La Asociación GSM estima que para 2025 las redes 5G contarán con más de 1.7 mil millones de suscriptores en el mundo.
Y los dos conceptos mencionados, la latencia y el poder computacional de la nube, tienen mucho que ver con las redes 5G, las cuales permitirán reducir hasta casi eliminar por completo el trabajo de procesamiento computacional que hoy se realiza en los dispositivos como teléfonos, tabletas y computadoras, para hacer ese trabajo en la nube, donde está la computadora más grande, más poderosa y más versátil que cualquier otra cosa que puedas sostener con tus manos.
De este modo, los nuevos dispositivos no necesitarán capacidad de almacenamiento o poder de procesamiento, sino la mejor y más eficiente conectividad para enviar datos, que serán procesados y almacenados en la nube, y te regresarán una respuesta en el menor tiempo posible, es decir, con una muy baja latencia.
En construcción, esto tendrá un impacto brutal conforme avancen las máquinas de operación remota o autónoma. También revolucionará la inmediatez con la que se pueden monitorear obras de construcción que estén al otro lado del mundo. Imagínate que en la realización de las obras del tren maya tengas una excavadora que esté siendo controlada por un operador mucho más experto y productivo que un tabasqueño, pero que lo haga desde un simulador en Bélgica o en Chicago. La respuesta en tiempo real que ofrecen las redes 5G, permitirán que esto sea posible, nos guste o no.