Entender la tecnología
Raúl Asís Monforte González: Entender la tecnología.
En general, hace mucha falta un mejor entendimiento de la tecnología. Y no me refiero a que debamos todos convertirnos en expertos en inteligencia artificial, ciencia de datos, poder computacional, el aprendizaje de las máquinas, y otras tecnologías emergentes, sino que basta con comprender algunos conceptos básicos de cómo funcionan las cosas, para evitar formarnos ideas equivocadas o generar temores infundados. A fin de cuentas, la tecnología debe ser siempre una aliada para facilitar y elevar la calidad de vida de los seres humanos, y mientras mejor la entendamos mejores amigos seremos.
Hace poco estuve leyendo en numerosas publicaciones de redes sociales o en medios, duras críticas al algoritmo de Google, acusándolo de ser racista. El motivo, decía al menos una opinión que por ahí leí, es que si escribes en el famoso buscador las palabras “mujer hermosa” y le pides resultados de imágenes que respondan a dicha solicitud, te devolverá en su gran mayoría fotografías de mujeres de raza blanca, rubias y de ojos claros, y muy pocas de raza negra. Comentarios como ese son fruto del desconocimiento de que el algoritmo, lejos de ofrecerte respuestas con base en un inamovible criterio establecido por el gigante tecnológico Google, en realidad es un espejo en el cual te reflejas.
Y eso no quiere decir que tú seas el racista, sino simplemente el buscador te devolverá respuestas con base en tus propios criterios de belleza femenina, sustentados en tu comportamiento habitual, lo que has mirado en internet y en redes sociales, los lugares que frecuentas, a cuáles publicaciones le has dado un simple “like”, o un “me encanta” y esto lo combinará con miles de millones de datos estadísticos de tu género, raza, grupo de edad, grado de estudios, nivel socioeconómico, actividad preponderante y quién sabe cuántos otros parámetros más.
Incluso hay quien suele imaginar que detrás de estas tecnologías, hay una persona real que no tiene otra cosa qué hacer, que estar de chismosa espiando lo que sucede en nuestras vidas, o peor, está revisando nuestros hábitos para secuestrarnos o planear un atraco en nuestros hogares algún día de estos. Aunque hay que tener un poco de cuidado y estar alertas, esto no es nada cercano a la realidad.
Así también la inteligencia artificial, como suele ocurrir con otras tecnologías, está pasando en pequeños grupos de personas del entusiasmo inicial a la desilusión, y hoy esas voces piden que su avance se ponga en pausa o en casos extremos hasta la prohibición. Creo que es difícil que esto pueda ocurrir, más bien entre los expertos existe un consenso generalizado de que los sistemas impulsados por el aprendizaje de máquinas y la inteligencia artificial incrementarán en velocidad de adopción y sofisticación de manera exponencial en los próximos años.
Se calcula que en 2025, 30 por ciento de los mensajes de marketing emitidos por las grandes organizaciones habrán sido generados sintéticamente, a partir de un 2 por ciento que así lo hacían en 2022.
Es cierto, hay que trabajar mucho en seguridad y ética en el uso de estas tecnologías, pero lejos de temer, hay que empezar por entender.