La importancia de un testimonio
Raúl Gasque: La importancia de un testimonio.
Son las ocho de la noche y accidentalmente estoy en una cantina de Mérida tomándome una cerveza con un amigo de Facebook que paradójicamente no conocía. Él, vestido de guayabera blanca y pantalón de mezclilla, se sentaba justo delante de mí después de ser presentados por la gran fotógrafa Patricia Martín Briceño. Acababa de presentar una plática en el Centro Cultural La Cúpula.
Ya relajados, él y yo, empezamos a hablar de muchísimos temas que posteriormente me hizo ver cómo Demián Flores —él— construye sus arquetipos. En nuestra plática como en su obra hablamos desde temas populares hasta políticos. Siempre agudo, pero con gran sentido del humor, navegamos en una noche de mezcal y cerveza en una esquina emeritense denominada “El Lagarto”.
En paralelo un poco después me reuní con una artista que me había fascinado su obra en dos recintos donde se presentaba su obra. Ella es Lorena Ancona. Artista completa que traza un tipo de eco poética con una narrativa que se desliza por los sentidos de quien esté de frente a sus obras. Con Lorena todo es real. Cautivador y al mismo tiempo terrenal. Meses después me llegó por parte de una iluminada paloma una invitación que anunciaba la presentación de un libro/ testimonio en foto y texto de la exposición en el Gran Museo Maya de ORLAN, Demián Flores y Lorena Ancona.
A ORLAN la conocí a través de su obra. La transgresión con la que trabaja es digna de mención en la historia postmoderna del arte universal. Ahora vamos al libro/testimonio. ¿Qué habita en él? El objeto se puede abrir frontal o en reverso. Formando una metáfora acertada de la subjetividad y narrativa circular de quienes lo diseñaron. Ahí se siente un compromiso sólido de la curadora Leila Godet Voight. Así como la mano y creatividad de la diseñadora Judith Escalante. Con la elegancia trazada de dos testigos absolutos de la muestra y lo que aconteció: Diana Castillo Castro y Karelly Chablé Chin.
En el interior la narrativa de Leila Godet Voight hace un cándido recuento de lo que significa este testimonio y lo que fue el diálogo realizado por estos tres artistas. Es muy potente mirar como la época de lo cotidiano se cruza con los discursos que refleja una búsqueda en torno a lo Maya. Podría decirse que Lorena Ancona ejerce una exploración poética, Demián Flores una postura de deconstrucción/reafirmación histórica y ORLAN con sus hibridaciones un homenaje.
Tres direcciones que se mezclan entre sí para crear una conciencia expositiva que culminó en un dispositivo que habitará la memoria material de quienes coincidimos con lo acontecido.