"Activación Lectora", nuevas metas para la lectura
Raúl Lara Quevedo: "Activación Lectora", nuevas metas para la lectura.
Daniel Pennac postula que la lectura es un bien social, que debe fungir como interlocutor entre la ficción y el contexto de lo real, para ello propone el concepto de “Animación Lectora”.
Partiendo de este autor se plantea el concepto de “Activación Lectora”, el cual a partir de 2015 se ha consolidado en el Programa de Fomento y Activación Lectora (LEER-UADY), entendiéndolo como: “el uso de la lectura (en cualquier formato) como instrumento de horizontalización y reforzamiento del tejido social”. Este concepto rompe con la pasividad del fomento lector y dinamiza las secuelas del conocimiento, invitando al usuario a construir nuevos aprendizajes desde él (competencia lectora).
Postula y ejecuta dos condiciones. La primera condición es que el acto de leer no se centra en el libro, plantea “descosificar” la lectura, no centrándola en el objetivo físico (el libro), sino en la habilidad de abstraer información mediándola con su contexto inmediato, involucruando creencias, contextos sociales y culturales. Desde esta condición promueve ampliar los límites de lo que se puede leer, incluyendo además de planos escritos, la pintura, fotografía, música, la arquitectura, todo lo que permita un proceso de intelección.
Validar toda forma de lectura brinda sentido de pertenencia y apropiación al conocimiento, da certeza y seguridad al momento de dialogar, dejando a un lado la relevancia de la plataforma lectora que uso para argumentar una postura, un ejemplo aplicado en aula, es la lectura de “Las batallas en el desierto”, de José Emilio Pacheco, obra epítome de la narrativa mexicana. Ante la limitante económica de poder comprar el libro y puesto que se carecía de biblioteca escolar, se optó que alumnos analizarán en el aula, el largometraje “Mariana, Mariana” inspirado por la obra de Pacheco. Al término de la proyección escucharon la canción “Las batallas” de Café Tacuba, inspirada en la misma obra. Lo que fue notoriamente relevante es la capacidad de análisis, profundidad del argumento de los alumnos al hablar y vincular la letra de la canción con la trama del texto. Con seguridad los estudiantes, desde los argumentos expresados y los debates generados, se validarón como lectores sin la necesidad del libro físico.
La segunda condición, y más determinante, es la “horizontalización”, migrar del arte por el arte, al arte como un instrumento de inclusión social. Usar lo leído como mecanismo de respuesta ante las problemáticas sociales. Acoso escolar, violencia de género, crisis ambiental, visibilización a los derechos humanos. ¿Qué se hace con lo que se lee?, pese a que el proceso lector es individual, debe permear en la sociedad, ya sea desde compartir los saberes o actuar desde los saberes. ¿Qué se hace después de leer “Ensayos sobre la Ceguera” de Saramago?, obra que crítica la incapacidad de mirar lo evidente, como la violencia contra los migrantes, por ejemplo.
En un país en donde abundan los libros, mas no lectores. Ante una realidad que cada día nos necesita más despiertos y, con la palabra fuerte: activar la lectura es un potente modelo para incidir en las historias futuras que nos queremos contar.