Riquezas en el pensamiento: Sara Poot Herrera

Raúl Lara Quevedo: Riquezas en el pensamiento: Sara Poot Herrera.

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Hay docentes que mueven el mundo, otros que lo rodean de nuevas ideas, lo expanden en la mente de sus estudiantes. Fue en el 2008 cuando la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) ofertó la asignatura: “Narradoras ficcionales mexicanas”, fue la primera vez que escuché el nombre de la Dra. Sara Poot Herrera. Decidí inscribirme, una de las mejores decisiones de la vida. Llegó el día, puntual a la hora entró al aula una notoria presencia, expresiva en la mirada, hábil en la lectura de los espacios, gestos y silencios. Aretes y collares armónicamente seleccionados concretaban el cuadro; nos saludó y comenzó el viaje. Nos habló de Sor Juana, de su obra, de los retos de ser mujer novoespañola. La profesora domina la alquimia de la palabra, moldea el lenguaje, aguda en el pensar y sutil en el decir. Construye argumentos, los teje y nos arropa con ellos.

Era imposible no mirar fijamente sus ideas, hay cierto brillo en sus ojos cuando se emociona con el tema, ese brillo es contagioso, es permanente y se dispersa. De sus cátedras aprendí de Amparo Dávila, Nelly Campobello y Elena Garro. Terminó el curso, pero no la amistad que siempre ofrece a sus estudiantes, porque eso seremos aquellos que tenemos la fortuna de aprender de ella. Años después, ya como egresados, recibimos su apoyo y orientación. Ella impulsora de congresos, charlas y seminarios literarios siempre buscaba incluir a sus estudiantes.

Desde que la conozco es una efervescencia incesante, un brillo que destaca por su calidez. Eso me quedó más que claro en la última Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), en la cual se organizó el XXVI Congreso Internacional de Literatura Mexicana, ahí académicos, escritores de todo el mundo reconocieron el liderazgo de una joven yucateca que se aventuró con el paso firme y la palabra sólida a estudiar en la Escuela Normal Rural de Atequiza, Jalisco; la misma que se doctoró por el Colegio de México, la que se convirtió en profesora-investigadora del Departamento de Español y Portugués de la Universidad de California, Santa Bárbara; la misma que ha recibido innumerables aplausos, reconocimientos y cariños, entre ellos: en 1997, “Mujer del Año por la Mexican American Opportunity Foundation”; en el 2000, recibió la Medalla Literaria” Antonio Medíz Bolio”; en el 2008, la Medalla “Héctor Victoria Aguilar”; y en el 2014, se le otorgó la Medalla “Eligio Ancona”.

Tanta vida, tanto andar de una maestra que tiene raíces gruesas cual ceiba peninsular. Sara Poot es una de esas voluntades que mueve montañas y acorta distancias. Ella, maestra, colega, amiga ha sido propuesta por el XX Consejo Universitario Uady para recibir el Doctorado Honoris Causa. Honor a quien honor merece, a quien impulsó a tantos, a quien acompaña a muchos más. Sara, la de extensa cabellera que cubre todo con ingenio como la noche, la de la sonrisa espontánea, la que acorta las distancias con el saludo honesto, la maestra de los eternos sonetos que siempre está al pie de la letra. ¡Felicidades!

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