Hasta leer… no creer. Del libro a la lectura como estrategia socioeducativa

Raúl Lara Quevedo: Hasta leer… no creer. Del libro a la lectura como estrategia socioeducativa.

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Para los griegos, la percepción del mundo desde la experiencia individual es el punto de partida para la constitución de la verdad, jugando con la idea de la caverna de Platón, en la cual un grupo de personas se encuentra limitado a ver una pared que les muestra las sombras y siluetas del exterior, cada individuo palpa desde su propio espacio lo que considera como verdadero. Entiende, define y atribuye valor a lo observado; lo visto coexiste con el espectador, hay un diálogo constante que confluye e influye. La percepción visual del objeto de interés dotará de elementos comunicativos al receptor y al medio que lo rodea, estos podrán ser compartidos o no con el resto de su comunidad. El individuo percibe fracciones de realidad, éste las decodifica y significa. El juego de mirar y crear detona la autopercepción.

Hay una fuerte relación entre lo visto y lo creído, Santo Tomás en el mito judío cristiano lo aseveró. “Hasta no ver no creer”. Y así fue durante siglos, ejemplo de ello es la etapa medieval, en la cual se castigaba el razonar y se privilegiaba el ignorar. Durante cinco siglos las comunidades del medioevo vivieron una etapa de retroceso del conocimiento, la superstición, las guerras y el misticismo eran parte del cotidiano. La imagen desde su lectura fungió también como un elemento de control. Ya con la llegada de la ilustración la realidad se expande, nuevas texturas y colores llegan a los receptores, se amplía la visión del mundo. Pinturas arquitectura, arte como imitación del ambiente, el mundo entraba por los ojos, se creía sin objeción. Con el paso de los siglos los modelos para enseñar así como aprender del mundo se consolidaron en lo visual. Poco a poco lo cotidiano dejó de causar asombro, la memorización se abrió paso como instrumento de sobrevivencia. Los copistas, por ejemplo, no sabían leer o escribir, sólo repetían figuras que carecían de contexto para ellos. Si acercamos este fenómeno a la actualidad, articulando al tema educativo desde la lectura podremos notar símiles, el tema es que tanto la lectura como la cultura visual (que también se lee) se enfrentan a una generación de la inmediatez, de la superficialidad y los mensajes directos. Del homo sapiens al homo videns como Giovanni Sartori argumenta.

El autor postula que se ha perdido la rigurosidad en el análisis e introspección de la realidad percibida, también lo postula la Organización para la Cooperación del Desarrollo Económico (OCDE), ésta argumenta que estudiantes mexicanos entre 15 y 16 años lograron 415 puntos en el área de lectura, cinco menos que en relación con el 2018. Sin duda, el aislamiento causado por el Covid contribuyó, pero también la falta de modelos de lectura dinámicos y transmediales. Retornar a la oralidad, al debate de ideas de lo percibido y a modelos interdisciplinarios de la lectura son puentes certeros y funcionales. El reto será generar dinámicas escolares entre docentes y alumnos que alimenten el interés de leer antes de creer.

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