Fabrizio Mejía: Las Narraciones del Poder (y II)

Rodrigo Ordóñez Sosa: Fabrizio Mejía: Las Narraciones del Poder (y II)

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En la columna anterior, abordamos cómo los protagonistas de las tres novelas consagran una búsqueda del poder a través de la degradación de sus valores o, más bien, ante la ausencia de estos, logrando colocarse dentro de la estructura de los altos pasillos de la política. Estas tres figuras fueron los arquitectos de crear las columnas que sostuvieron la dictadura que impuso el PRI durante más de 70 años: la televisión, la destrucción de los grupos inconformes, políticos y guerrilleros. Además, el Presidente consagró la ejecución pública de los estudiantes sin que repercuta en ningún medio de comunicación.

En Disparos en la Oscuridad se reconstruye la biografía del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, vemos ahí el retorcido camino que emprendió en pos de la silla presidencial. Aquí acompañamos al personaje en su deterioro mental y físico, en donde va engarzando recuerdos de las humillaciones que soportó, las alianzas y venganzas que se orquestaron desde el Poder y la paranoia como sustituto de la moral. En esta obra nos regala una caricatura novelada que tiene tintes de venganza literaria.

Otro componente del poder del siglo XX lo encontramos en la novela Nación TV, la cual usará la ficción para reconstruir la biografía de la televisión mexicana, que abarcará su primera transmisión (una misa) hasta la creación de estadios deportivos y eventos religiosos como mecanismos de control social, aderezado todo esto con los líos familiares para hacerse del control de Televisa. En esta obra desfilan lo mismo comediantes, cantantes, productores de telenovelas, conductores de noticieros, que presidentes de la República, gobernadores, jefes policiacos, que a través de ellos veremos el crecimiento de la influencia del narcotráfico detrás de los bastidores. Aquí vemos la historia de la televisión y del poder, cuyo único objetivo, en palabras de Azcárraga Milmo, era: “entretener a los jodidos”.

Las dos novelas reseñadas dan un bosquejo de las relaciones políticas y económicas que controlaron nuestra nación el siglo pasado, sin embargo, para tener el mosaico completo escribió la novela Un hombre de Confianza, que abordará a quienes ejecutaron las órdenes. Ésta empieza el 9 de diciembre de 1997, fecha en que es secuestrado Fernando Gutiérrez Barrios (ex jefe de la policía secreta), que será el punto de partida en que recordará su entrada a la política nacional e internacional, las maniobras militares para aplastar a los grupos guerrilleros, así como su papel en la desaparición forzosa de opositores del régimen e insurgentes.

Para finalizar, quienes estén interesados en la historia de las relaciones y rivalidades en las diferentes esferas del poder mexicano, encontrarán en estos tres libros un componente para entender la realidad actual: la consolidación política del narcotráfico en el país. Tres novelas que cambiarán nuestra visión de México, en donde estamos acostumbrados a juzgar maniqueamente a los personajes históricos, sin detenernos a ver esos tonos grises por donde transita el poder.

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