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Los juegos de la mente pueden ser rudos en ocasiones, particularmente con uno mismo. La realidad es que es difícil juzgarnos. Cuando llega el momento de mirarnos al espejo, solemos ser nuestros peores jueces, nos tratamos con rudeza y, en muchos casos, somos como ese maestro que te quería reprobar siempre. Por eso no me extrañó cuando hace unos días y al calor de unas cervezas ella me confesó que le costaba mucho trabajo sentirse “escritora”.

No me sorprendió porque comparto esa misma sensación. A la hora de calificarme pensar en mí mismo como “escritor” me suena más a apodo que a sustantivo. Ella es escritora. No porque así se sienta, sino porque lo hace; escribe. Lo hace mejor que yo. Y al igual que yo, colabora con una columna en un periódico. No solamente compartimos esa misma incomodidad sustantiva, sino que además pude descubrir, después de una larga conversación, que compartimos la misma incertidumbre respecto a la relación entre escritor y lector. Porque hay una verdad a la que nos debemos de enfrentar. A pesar de que ahora mismo, tú, querido lector estes leyendo esto, cada vez son menos las personas que leen el periódico o cualquier otra cosa. Y no lo digo yo, lo dice el Inegi.

En este año, sólo el 68% de la población adulta en México se consideraba “lectora”. El porcentaje más bajo en años. De 2016 a la fecha esa taza ha caído un alarmante 12%. Probablemente existen muchas causas para explicar esta caída, pero no tengo duda de que la nueva forma de comunicarnos, la mensajería instantánea, las redes sociales y todo lo que va alrededor de estas tecnologías provocan no solamente el consumo de más contenido en video o audio y menos contenido de texto.

Es tan desbordante la cantidad de información a la que estamos expuestos hoy en día que la prisa de consumir más contenido cada vez más corto se ha vuelto la norma. ¿Quién tiene el tiempo de leer una columna de 500 palabras cuando podría leer en esos mismos 2 minutos 20 tweets? Por eso nos sorprende que las noticias en los periódicos se reducen ahora a la cantidad de información que pueda caber en el encabezado. La población en México que lee el periódico bajó del 28% al 17% este año. ¿Qué leemos entonces? El 40% de la población lee libros, el 37% páginas de internet. La mayoría de las personas que se consideran lectoras en México lo hacen por uno de tres motivos: interés religioso; educación; y/o principalmente por entretenimiento.

Así pues, quienes sufrimos por considerarnos escritores, lo hacemos con la intención de que esos que se consideran “lectores” nos encuentren, nos lean y en el mejor de los casos, hallen en lo que tenemos que decir una idea, un pensamiento, un dato, una reflexión, que le sume algo positivo a la experiencia lectora. Espero haberlo logrado alguna vez a lo largo de este año.

¡Gracias!

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