Presidenta con A: si no se nombra no existe
Verónica García Rodríguez: Presidenta con A: si no se nombra no existe.
Cada determinado tiempo se da una polémica en torno al lenguaje y surgen múltiples lingüistas improvisados que salen a opinar, a veces de forma tan acalorada, que inclusive se llegan a separar amistades. Como olvidar la vez en que García Márquez propuso quitar la h del alfabeto, como sí sucedió con la ch y la ll; o la palabra sólo, cuyo acento todavía suele generar de vez en cuando alguna discusión, pero en días pasados ocupó su lugar en el debate nacional el uso de la letra a en la palabra Presidenta, pues como ya advertíamos, la misoginia no se hizo esperar, y fue más que evidente en muchos de los titulares de los días siguientes a la toma de protesta de Claudia Sheinbaum como Presidenta de México.
Recalco Presidenta con a, porque la a representa al género femenino, lingüísticamente hablando, así como la o representa el género masculino, así como los artículos binarios heteronormativos la y el. Por supuesto, esta lógica lingüística genérica no corresponde a una realidad que ahora se ha tratado de expresar con un @, X, elle, etc., porque, finalmente, el lenguaje nos resulta limitado, por eso existen las metáforas, la poesía, las imágenes.
Sin duda, los cambios generan; sin embargo, hay un principio básico y general del lenguaje que no hay que olvidar: pertenece a los hablantes. Primero, la palabra es del dominio público y cuando ésta se generaliza, entonces la Academia la incluye como parte de una lengua. Las lenguas están vivas, son cambiantes, nunca están estáticas, por tanto, no podemos medirlas con las reglas del pasado.
Es así que cuando se oficializaron las palabras médico, soldado, presidente, fue en una época en la que no se pensaba que hubiera mujeres en estas profesiones, pero, poco a poco, esto ha ido cambiando en la práctica, por lo tanto, también habrá de ir cambiando en el lenguaje: médica, soldada, presidenta. No porque se escuche extraño, quiere decir que sea incorrecto.
Recordemos que lo que no se nombra no existe y las lenguas originarias lo saben bien, por ejemplo, los mayas cuidan de mencionar lo que no quieren que suceda porque saben que lo que se dice se cumple y lo que no se dice simplemente no existe.
Uno de los grandes representantes de la derecha puso de moda el mexicanos y mexicanas: ¿aberración de lenguaje? Si pensamos en un conjunto de maestros en el cual la mayoría sean hombres, lo correcto será decir los maestros; sin embargo, si invirtiéramos la situación y en este conjunto la mayoría fueran mujeres, ¿por qué no sería correcto decir las maestras?
La Academia Mexicana de la Lengua se fundó en 1875 y su primera integrante mujer, Carmen Millan, fue aceptada hasta 1974.
La Dra. Sheinbaum pidió en su primer discurso como Presidenta de la nación que la llamen “Presidenta con A. Así como decimos jueza, abogada, científica, ingeniera, con A, porque como nos han enseñado lo que se nombra, existe, y lo que no, no existe, y hoy con mucho orgullo podemos reivindicarlo”. Porque, por fortuna, hoy sabemos, que todo cambia, sólo es cuestión de tiempo.