¿Cómo decirle a mis papás que soy homosexual?

David Ojeda: ¿Cómo decirle a mis papás que soy homosexual?

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La magia de la vida consiste en disfrutarme como ser humano, conocerme y alcanzar mi potencial por medio de mi realización personal.

Hoy, escribo de un tema en el cual trato de no involucrarme por diversas razones, en primer lugar porque no pertenezco a la comunidad LGBTIQ+, en segundo, porque, como muchas personas por suerte, soy un homofóbico en deconstrucción, es decir que he aprendido día a día a detener todo acto que pude en el pasado realizar que sonara o se viera homofóbico tras comprender, empatizar y respetar a las personas por lo que son: personas.

Por último, no suelo entrar en estos temas dado a que soy abiertamente católico practicante, aunque de ninguna manera por ser católico significa que no pueda hablar de la homosexualidad, al final todos somos hijos de Dios y tener identidades u orientaciones diferentes no nos convierte en pecadores, así que ser católico no me vuelve un conservador irrespetuoso, pero ese ha sido incluso un tema difícil de explicar hasta para el mismo Papa.

Así bien, hablaré desde mi perspectiva profesional como médico-psicoterapeuta contándoles una situación que viví en el consultorio y por lo cual me dirijo a toda la comunidad LGBTIQ+ y a las familias de estos: Llegó a terapia una persona de 50 años y me dijo: doc, vengo a consulta porque quiero que me ayude a saber cómo decirle a mis papás que soy gay. Es que mis padres ya están grandes y pues ya sabe lo que dicen de nuestra comunidad y las fiestas que nos gustan. Le pregunté ¿qué fiestas? A lo que me contestó: las fiestas de ambiente. Extrañado por su respuesta le interrogué ¿qué es para ti una fiesta de ambiente? A lo cual me respondió: ya sabe doctor, una fiesta de ambiente, de ambiente gay, donde nos vestimos a nuestra manera y tenemos relaciones sexuales entre todos.

Le respondí: espera, una cosa son nuestros principios, nuestros gustos, nuestras fantasías sexuales, nuestros valores y otra, muy diferente, es el ser homosexual y no tengo que ser gay para saberlo. Así que no puedes etiquetarte como gay debido a que te gusta acudir a ese tipo de fiestas ni decir que a todos los de la comunidad les gustan. Por desgracia, mucha gente piensa que una persona con orientación homosexual es lo mismo que una persona morbosa, sin moral o pudor… están equivocados.

Tras un largo rato de charla y muchas conclusiones me volvió a hacer la misma pregunta, que coincidentemente muchos jóvenes de “la comunidad” me han hecho con anterioridad, pero bueno, en esta ocasión venía de una persona un poco mayor ¿cómo le digo a mis papás que soy homosexual? Así que le respondí: bueno, no puedo decirte exactamente qué tienes o debes de decirle a tus papás, pero sí puedo decirte que no recuerdo en qué momento de mi vida llegué y le dije a mis papás que soy heterosexual, no recuerdo haberles dicho: mamá, papá, me gustan las niñas; por lo tanto, no veo la razón por la cual tendrías que ir a decirles que eres homosexual como si se tratara de una enfermedad o como si algo estuviera mal en ti.

¿No lo es? Me preguntó. ¡No! Afirmé. Nadie me ha dicho enfermo porque me gusta el chocolate amargo cuando a otros les gusta el chocolate blanco o el chocolate con leche. Nadie es culpable de sus propios gustos, pero sí de sus acciones. Pero mis papás son muy católicos, qué tal si no me aceptan, me dijo. Bueno, en primer lugar ¿para qué necesitas decirles quién eres si ya lo saben? Eres su hijo y, si no te quieren como hijo o como persona entonces no son verdaderos católicos, pues Dios está en cada persona sin importar quién sea, qué le guste o qué desee. Sólo tenemos que ser buenos y tener fe, pero, para el que rechaza al otro, para el que odia, para el que no sabe respetar les espera otro lugar que no es el cielo. Con los ojos llenos de lágrimas esta persona me pidió un abrazo y me dijo: tenía razón Juan Gabriel, lo que se ve no se pregunta, no tengo que decir quién soy, simplemente tengo que ser yo.

La conclusión, se la dejo a usted, querido lector.

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