Conserva el optimismo, hay un futuro brillante
Conserva el optimismo, hay un futuro brillante
Sí, ya sé, los precios siguen subiendo sin parar obedeciendo a un fenómeno inflacionario que aún no ha sido posible detener por completo, y no vayas a creer que ignoro que las cadenas de suministro continúan alteradas a pesar de que ha habido ya un control más o menos decente de la pandemia. También es cierto que el crecimiento económico global se está debilitando y la inversión tanto pública como privada en infraestructura ha venido presentando reducciones de manera crónica desde hace más de una década, agudizándose en los últimos cuatro años. Aún existen grandes desafíos por vencer relacionados con la transparencia y equidad en la asignación de contratos, la participación indebida e ilegal de instituciones ajenas en el sector, y concentración de la poca inversión que queda en un puñado de gigantescos proyectos de muy dudosa rentabilidad social y ambiental.
Es innegable que la industria de la construcción encara ahora un período amenazante y plagado de dificultades, pero, ¿cuándo no ha sido así? Los empresarios mexicanos estamos acostumbrados a nadar contra la corriente y superar obstáculos, hemos sido muy exitosos haciéndolo y así seguirá siendo en el futuro, principalmente porque también existen muchas fortalezas de las que ahora podemos echar mano.
La innovación se está haciendo presente con firmeza en la industria de la construcción, y a pesar de que siempre ha sido una industria típicamente lenta en eso de adoptar tecnología, hoy los avances están sucediéndose con rapidez debido a que los participantes han descubierto el gran valor y los beneficios de su utilización.
Esto se pone de manifiesto en la gran cantidad de máquinas que están transitando a obtener su fuerza motriz de la electricidad, ya sea con baterías de iones de litio o mediante celdas de combustible que consumen hidrógeno. Adicionalmente, muchas de ellas cuentan ya con sensores y dispositivos que junto con la tecnología 5G, aplicaciones móviles, la inteligencia artificial y la ciencia de datos, están permitiendo que muchas actividades puedan realizarse parcial o completamente de forma remota y/o autónoma, multiplicando la eficiencia, la calidad, la seguridad y, por consiguiente, la rentabilidad de los proyectos de construcción. Veremos en un futuro muy cercano que tecnologías como el software de diseño, construcción y operación basado en BIM (Building Information Modeling) y el uso de gemelos digitales, se convertirán en componentes esenciales en la gestión de proyectos de construcción. Se estima que tan solo el mercado de la tecnología BIM alcanzará los 17.6 billones de dólares en 2023. En un sentido más amplio, estas tecnologías serán vitales en la lucha por incrementar la productividad y evitar los efectos negativos de una fuerza laboral que escasea en cantidad y competencias como nunca antes.
Ningún otro sector como la industria de la construcción tiene la vocación para integrarse fácilmente al creciente interés global e impresionante crecimiento de las energías renovables, porque es posible convertirse, sin demasiado cambio, en una compañía de ingeniería, procuración y construcción de este tipo de proyectos. Así que, mantén el optimismo, hay un futuro brillante para la construcción si te atreves a abrazar las oportunidades.