Por lo menos en serio tiene que tomarse la afirmación que hizo el prestigiado periódico británico Financial Times (FT), que en su editorial institucional del reciente domingo 4 afirmó que el presidente mexicano Andrés López se está convirtiendo en la nueva figura del autoritarismo en América, con acciones y declaraciones que lo muestran como un jefe de gobierno intolerante.

Si bien López Obrador arrasó en las elecciones de 2018, dice el periódico mexicano El Universal en su sitio de internet –haciéndole eco al FT–, con el mandato de implementar una transformación radical que el mandatario llama “Cuarta transformación”, lo que no tuvo "fue un mandato para desmantelar las instituciones".

Sólo cinco días después de la severa crítica del Financial Times, los diputados del partido Morena, que sólo reciben línea del presidente, aprobaron el desmantelamiento de 109 fideicomisos creados a lo largo de los años para ayudar a enfrentar problemas tan graves y disímbolos como las agresiones a periodistas, la atención a problemas de salud, la ayuda a familias damnificadas por fenómenos naturales -verbigracia Yucatán y Quintana Roo ahora mismo-, la promoción del cine mexicano y un largo etcétera de asuntos cuya importancia fue reconocida a su debido tiempo.

Fiel a su estilo de confrontación, López Obrador respondió el lunes a los señalamientos del FT, advirtió que mantendrá su estilo de gobernar y acusó a esos editores de “impulsar el modelo económico neoliberal”, que tanto daño le ha hecho a México y al mundo entero.

La eliminación de los 109 fideicomisos puede calificarse por lo menos de ilógica, y ha pegado en el alma y el corazón de variados sectores sociales, que se sienten traicionados al ver que después de entregar su voto al gobernante tabasqueño, ahora ya no tendrán acceso a los apoyos oficiales que tanta falta les hacen.

Como señalaron analistas mexicanos, lo mejor en el caso de los fideicomisos hubiera sido revisarlos para verificar si en verdad son nidos de corrupción como dice López Obrador, y si ése es el caso entonces sí desaparecerlos. Pero por simple lógica es seguro que un buen número de ellos sí cumplían los objetivos para los cuales fueron creados.

Si un enemigo del presidente hubiera planeado lo que ha sucedido la semana pasada, quizá las cosas no le hubieran salido tan bien, justificando los señalamientos del FT. Desde el inicio de su mandato, López Obrador ha tenido notorio éxito en enfrentar a diversos sectores sociales, y el editorial del diario inglés seguramente vendrá a avivar el fuego social. Unos defenderán al presidente y otros aprovecharán para hacer suyas las opiniones del FT. En ambos casos, sólo tendrán que esperar unos meses, hasta las elecciones de 2021, para verificar cuánto ha disgustado o agradado a la sociedad la forma en que López Obrador conduce las riendas del carruaje mexicano. Crucemos los dedos.