Datos duros
Daniel Uicab Alonzo: Datos duros
El periodismo de datos ha ganado terreno en los últimos años, particularmente por la facilidad de recabar cifras y estadísticas desde la web y por el resquicio que abrió el derecho a la información, tutelado en las leyes. No obstante, “el poder de las computadoras para encontrar, contrastar, visualizar y combinar información proveniente de varias fuentes” (como señala un profesor británico de periodismo) tiene sus bemoles y debe ir más allá de sólo consignar los números oficiales, su objetivo debe ser brindar información útil y entendible.
Es obvio que las fuentes oficiales sólo quieren que sepamos la parte positiva, de ahí que la información que ofrecen en boletines y comunicados pase por el tamiz, de ahí la necesidad de complementar cifras, datos y estadísticas, a partir de cuestionamientos. Por ejemplo, hace algunos días se dio a conocer el Reporte de Seguridad en México, en el que se afirmó que los homicidios dolosos disminuyeron 3.9% en los primeros 10 meses de este año; sin embargo, también hay otros datos destacados: seis estados concentran el 50% de los homicidios dolosos y se amplió de 15 a 50 las demarcaciones prioritarias, es decir, las de mayor peligro.
Otro caso recurrente lo da el IMSS, que mes a mes informa del registro de nuevos trabajadores afiliados al Instituto, pero no los contrasta con las bajas, lo que permitiría tener un balance, algo así como los estados de pérdidas y ganancias que se generan en contabilidad, porque de otra forma, con sólo el dato de la creación de empleos (“al mes de octubre de 2021, se tiene la afiliación histórica de más de 18 millones de trabajadores permanentes” dice su boletín) ya se habría rebasado el total de la Población Económicamente Activa. Un dato duro (importante) del informe de este mes es que en mayor crecimiento de empleo destacan Quintana Roo, Tabasco y Baja California Sur, por arriba del 12.0% anual.
Si bien esta información porcentual y estadística tiene relevancia para ciertos grupos, para la toma de decisiones, particularmente en el ámbito empresarial y financiero, también la debe tener para el ciudadano común, como es el caso de los datos de la seguridad, pues para muchos la violencia sigue ganando terreno en varios lugares del país, de ahí la creciente incorporación de militares a las tareas de seguridad pública que, aunque se critique, hoy es la mejor decisión.
Al respecto, recuerdo que en la Armada deMéxico se informaba cada mes del estado de fuerza probable de las unidades y dependencias, detallando altas y bajas, lo cual servía para que el mando central tomara decisiones para cubrir las vacantes o reubicar al personal excedente, además de prospectar aspectos presupuestarios y logísticos.
Un ejemplo de contrastar la información oficial lo dio el miércoles la red “Nosotras Tenemos Otros Datos”, que exigió al Gobierno Federal declarar la alerta de género en todo el país ante el aumento de feminicidios, que registra 20 casos al día, aunque la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana dijo que en octubre disminuyeron 14.8%.
Anexo “1”
Sobre los “otros datos”
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (Inegi) es un referente en cuanto a información que proporciona, la cual obtiene de tres tipos de fuentes: censos, encuestas y registros administrativos, así como estadística derivada, mediante la cual produce indicadores demográficos, sociales y económicos, además de contabilidad nacional.
Ángel Verdugo, periodista especializado en cuestiones financieras, afirma que elInegi, el Banco de México y la Secretaría de Hacienda son algunas de las dependencias reconocidas por organismos internacionales, por su calidad profesional y autonomía frente a decisiones políticas del Gobierno, y que los datos que dan a conocer todos sonduros, es decir, “definidos y soportados por una metodología aceptada como válida por especialistas”.
Y agrega: “En consecuencia, cuando alguien afirma que ‘tiene otros datos’ con miras a desacreditar los ‘datos duros’, lo hace por alguna de estas razones: ignorancia de cómo se elaboran las estadísticas e ignorancia de la seriedad y capacidad profesional de las instituciones que las elaboran”.
Dicho de otra forma, si hay que desmentir, se deben dar evidencias y no sólo descalificar la información.