Hay un principio natural de “CAUSA Y EFECTO” que establece: Toda causa tiene un efecto y todo efecto responde a una causa. A toda acción corresponde una reacción. A los derechos, corresponden obligaciones y las obligaciones generan derechos. Hablando de la conducta humana, ¿dónde terminan los derechos de uno/a y comienzan los de otro/a cuando se contraponen? No entiendo cómo un representante de la oficina de derechos humanos aconseja a un detenido que demande a las autoridades por abuso de fuerza durante su detención.

¿Será que se debe hacer una división para acomodar ahí a los policías, por no pertenecer al grupo de los humanos? Pienso que los humanos no dejamos de serlo pero sí perdemos nuestros derechos en el momento que cometemos una falta a las leyes establecidas, aunque sólo sea la presunción. En ese momento debemos someternos a la autoridad y no oponernos porque provocamos el uso de la fuerza.

La oficina de derechos humanos debe trabajar de la mano con las autoridades para que sus funciones se mantengan dentro del respeto a los derechos humanos y no poner a la ciudadanía en su contra, porque dificulta su labor que es cuidar el puntual cumplimiento de leyes y reglamentos.

En cada corporación de policía debe estar un representante de los derechos humanos, para cuidar que no sean atropellados por infractores accidentales o intencionales.

Como están las cosas, los departamentos de policía deberán poner un jurídico para que los defienda de la oficina de derechos humanos. Y seguir robusteciendo el sistema, creando oficinas que cuiden el desenvolvimiento de otras oficinas. Y la burocracia aumentando las filas de votantes para su causa, ya que ellos son el efecto y se convertirán en la causa de que las cosas sigan como están. Pero hay otro principio: “TODO ESTA EN MOVIMIENTO, VIBRANDO”, entonces las cosas irán a peor.