Suicidio, la nueva pandemia

Verónica García Rodríguez: Suicidio, la nueva pandemia

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El suicidio sigue siendo un tema tabú en la actualidad. Los miedos asociados al castigo del suicida, que será desterrado del paraíso; así como a la culpa que cargará la familia, siguen llevándonos a ignorar el problema o a guardar silencio.

Culturas milenarias tienen el suicidio en su memoria antropológica, como los mayas que, según los apuntes de Fray Diego de Landa —y que otros mayistas ratifican—, la muerte por ahorcamiento estaba relacionada con Xtab, diosa la muerte, de la fertilidad y la vida; sin embargo, nada tenía que ver con un sentido de enfermedad o depresión. Asimismo, el caso tan conocido de los Samurái, quienes preferían quitarse la vida por honor clavándose su espada en el corazón, haciéndose el llamado harakiri.

Lo cierto es que el suicidio es un problema de salud pública en el mundo, el cual ha ido en aumento a partir de la pandemia y lo más alarmante, es que sus víctimas son cada vez más jóvenes.

En Corea del Sur, la tasa de suicidios es de 26 por cada 100,000 habitantes, misma que para 2022 aumentó en un 40%, según el Servicio Nacional de Inteligencia (NIS), esto es, en promedio, cuarenta personas al día. La fijación social por la selectividad entre los jóvenes de aquel país causa deudas que persisten durante años; la búsqueda de la perfección de la cultura del K-Pop; el ciber acoso, entre otros, son las principales causas.

El total de suicidios en Japón ascendió a 21,584 personas en 2022, país donde se quitaron la vida, el mismo año, 514 estudiantes de primaria y secundaria, entre los cuales había 17 niños de 12 años o menos, según la estadística del Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar de Japón. La presión académica y el miedo al hostigamiento en las escuelas son algunos de los factores asociados.

En América, se estima que aproximadamente 100 mil personas se quitan la vida cada año. Según un artículo de la revista Forbes (2020), los diez países con el mayor número estimado de muertes por suicidio son: Estados Unidos (49,394), Brasil (13,467), México (6,537), Canadá (4,525), Argentina (4,030), Colombia (3,486), Chile (1,893), Cuba (1,596), Perú (1,567) y Bolivia (1,326), esto de acuerdo información de la Oficina Regional de las Américas de la OMS.

En México, en 2021, se observaron 8,447 suicidios consumados, 1,224 más que en 2019 (Inegi, 2021), significando una tasa de 6.2 por cada 100 mil habitantes.

El estado con más suicidios por habitantes es Chihuahua, con 15.2 suicidios por cada 100 mil habitantes. Le sigue Yucatán, Aguascalientes, Campeche, Sonora, Colima, San Luis Potosí, Querétaro, Coahuila y Quintana Roo.

Pensemos la dimensión del problema si por cada suicidio consumado, hay al menos 20 intentos de suicidio no letales, cuando sólo el estado de Yucatán, para el caso de México, cerró el 2022 con 278 casos de muertes autoinfligidas. Sin embargo, los especialistas señalan que ningún suicidio se lleva a cabo sin aviso previo, sin factores de riesgo como haber realizado un intento suicida previo, padecer una enfermedad de salud mental, padecer una enfermedad crónica, sobre todo si provoca dolor, consumo de sustancias incluyendo alcohol, si se ha sido víctima de violencia o se encuentra atravesando alguna situación vulnerable.

Si algo nos enseñó el Covid-19, es que podemos afrontar los problemas y superarlos siempre que los veamos como tales y lo hagamos juntos.

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