El Congreso Higiénico Pedagógico (I)
El Poder de la Pluma.
Ahora que nuestro país ya perdió la brújula en cuanto al manejo de la pandemia del coronavirus, me entró la necesidad de investigar un poco más sobre cómo se manejaban estos eventos en siglos anteriores y me encontré con uno de esos episodios interesantes sobre las medidas sanitarias adoptadas por la autoridad para proteger a la población en general y en consecuencia la estancia de los alumnos a fin de convertir los colegios en espacios generadores de conocimientos y el desarrollo de hábitos que realmente contribuyeran al cuidado y mantenimiento de una buena salud.
La historia de nuestro país cuenta la celebración del Congreso Higiénico Pedagógico de 1882. El magno evento fue convocado por el Consejo Superior de Salubridad (creado en 1841); resulta que este Consejo se ocupaba de la vigilancia del ejercicio de la medicina y de la inspección de sitios como fábricas, hospitales y lugares públicos. Entre sus funciones estaba la aplicación de medidas sanitarias en caso de emergencias.
Años más tarde, sus funciones pasaron al Departamento de Salud Pública y posteriormente a la Secretaría de Salubridad y Asistencia.
En términos generales, se buscaba crear las bases de una mejor sociedad que tendiera al progreso constante, por lo que las condiciones de vida de la población eran examinadas constantemente. En aquel entonces, la salud pública era considerada clave para el desarrollo económico y el orden social. Es por ello que la escuela se convirtió en el espacio privilegiado para instruir a los niños en estos menesteres. Así fue que, como institución pública, debía seguir una serie de disposiciones adecuadas para el trabajo diario de alumnos y profesores. Para atender esas necesidades sanitarias, en pleno porfiriato, el Congreso Higiénico Pedagógico convocó al Consejo Superior de Salubridad para celebrarse el 18 de enero de 1882 y sus labores se extenderían del 21 de enero al 31 de diciembre de aquel año.
Históricamente, este Congreso marcó el origen de la higiene escolar en México, entendida como tarea de la profesión médica supervisada por el Estado mexicano. El presidente del evento fue el Dr. Ildefonso Velasco, quien, en su discurso, destacó que la educación de un niño no debía circunscribirse a un solo elemento de su existencia, sino ser integral, lo que implicaba atender las cuestiones higiénicas para fomentar un desarrollo corporal adecuado. La educación debía perfeccionar todos los aparatos del individuo para que gozaran de buena salud.
Para garantizar el éxito de los trabajos se convocó a especialistas del área médica y del área pedagógica. La intención del evento no sólo era discutir sobre los puntos relativos a la higiene escolar, sino llegar a acuerdos y resoluciones que se constituyeran como ejes para la acción. El equipo de especialistas se sujetó al análisis de una serie de cuestiones contenidas en un cuestionario que sería resuelto colegiadamente por los congresistas organizados en diversas comisiones (Continuará).