El miedo nos paraliza
El Poder de la Pluma
El miedo paraliza si es que no se es capaz de afrontar una situación que ponga en peligro la vida o la integridad física.
Y, en efecto, el pretendido cambio que se quiere hacer, con la iniciativa de reforma a la Ley del Seguro Social, artículo 218, para que la aportación a la modalidad 40 se reduzca, tiene espantados y paralizados a miles de trabajadores.
Se pretende ahora que ya no se pueda contratar modalidad 40 hasta 25 UMA, y se propone que sea con el salario base de cotización promedio de las últimas 250 semanas cotizadas o, como máximo, hasta 10 UMA, para quienes tengan salarios menores de 10 UMA.
Las razones que se exponen carecen de sustento real, además de lógica y sentido común, al decir que, de no hacerlo, “se pone en riesgo la viabilidad financiera del Seguro Social y del sistema de pensiones en lo general”; ambas justificaciones huecas y absurdas a más no poder.
Pero el detalle está en que cientos de lectores y seguidores de Mi retiro y pensiónnos escriben y nos preguntan “qué se puede hacer para que el cambio no se dé”, y pueda con ello toda persona de bien aspirar a una pensión digna, calidad y nivel de vida decoroso en su vejez.
Las opciones de acción son pocas, claras y además sencillas.
Quienes no estén de acuerdo con la intención de cambio en modalidad 40 pueden enviar uno o más emails al diputado de su distrito, al senador de su estado, a la Secretaría de Gobernación, a los integrantes de la Comisión de Seguridad Social e incluso
al propio presidente de la República, expresándoles de manera respetuosa y atenta que no están de acuerdo con la reforma que se propone para reducir laaportación diaria contratable de modalidad 40 y pedirles que quede ésta como está en la ley; es decir, con 25 UMA ($2,172diarios a valor de hoy), y que para nada sea reducido este máximo.
Es ésta una forma de levantar la mano ante un hecho perverso, que corta de tajo las posibilidades y aspiraciones para tener una vejez con menor estrechez económica.
Bastante mal nos fue al dejarse de usar la referencia del incremento a los salarios mínimos en el aumento a las pensiones, y se sustituyera por el INPC.
Bastante mal nos fue en 2016, cuando empezó a utilizarse el valor de la UMA para aportar a modalidad 40.
Con sólo esos dos aspectos, hoy día los pensionados reciben montos reducidos en más de un 40%, y agréguele a ello el garrotazo de la inflación real.
Hay que actuar; que sea “el pueblo el que decida”, al menos eso creo haber escuchado decir por ahí.