Escenificaciones en Santa Lucía
El poder de la pluma
Con motivo del 106 aniversario de la creación de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), el pasado miércoles, el presidente aprovechó para presumir lo que será el nuevo aeropuerto en Santa Lucía, que ya califica como “hazaña” de la ingeniería y el “mejor del mundo”; en realidad inauguró una parte de las nuevas instalaciones de la Base Militar No.1; es decir, la primera etapa de lo que será el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, pero… había que cacarear el huevo, y qué mejor que llegar en avión militar con la comitiva, ver la maqueta del proyecto finalizado y presenciar el aterrizaje “forzoso” de aeronaves comerciales, aunque sin pasajeros. “Es el más importante que se está construyendo en el mundo y es un fenómeno en la ingeniería civil porque se está haciendo en tiempo récord”, dijo el mandatario.
Esto me hizo recordar que una noche, durante el sexenio de López Portillo (1976-1982), en el “noticiero de Jacobo” informaron con bombo y platillos de la inauguración de una granja porcina en un pueblito del bajío: se arreglaron las calles de terracería y hasta la capilla en segundo plano lucía como para celebrar una boda. La instalación prefabricada tenía todos los estándares gringos, incluidos los cerditos. Pero días después el reportero regresó al lugar y ya no encontró nada, desapareció, fue un montaje. Sólo las calles y la capilla permanecían como imagen digna de una postal campirana.
No es el caso de lo que estrenó AMLO esta semana, pero confirma la idea de que los gobernantes, de cualquier nivel, tienden a magnificar (alabanza en boca propia…) las obras que realizan, con intención de dejar su impronta, reiterada en placas o monumentos, aunque algunas terminan siendo elefantes blancos o no cumplen las expectativas creadas. Es deseable que, como se prevé, el aeródromo del Estado de México en ciernes, junto con el de Toluca, ayude a despresurizar las operaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Las instalaciones inauguradas cuentan con una nueva pista, torre de control y hangares, entre otra infraestructura, que se han construido desde cero, pues la anterior base, inaugurada en 1952, será demolida para continuar el resto del complejo, que lleva un avance del 50 por ciento y que se estima se concluirá el 21 de marzo del próximo año. Con ello se sepulta el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), iniciado en el sexenio de Enrique Peña Nieto y que llevaba un 30% de avance cuando fue cancelado en 2018 tras una polémica consulta ciudadana en la que participó el uno por ciento del padrón de electores.
Y ante sus anfitriones, López Obrador volvió a quemar incienso para quienes ayer denostaba y hoy son sus preferidos: “Es mucho lo que nos ayudan las fuerzas armadas. En circunstancias difíciles estas instituciones nos están ayudando para salir adelante”, dijo, y anunció que la próxima semana estarán listas “todas las instalaciones militares” que se construyen para celebrar el Día del Ejército, el 19 de febrero. Aplausos para los soldados.
Anexo “1”
Mujeres del aire
En el evento de referencia, el general de división piloto aviador diplomado de Estado Mayor Aéreo, José Gerardo Vega Rivera, comandante de la Fuerza Aérea Mexicana, destacó que hoy esta institución cuenta con más de 12 mil mujeres y hombres que sirven a México como pilotos, especialistas y paracaidistas; que el Sistema Educativo Militar ha fortalecido a los organismos aéreos de esta ala del Ejército y entre sus oficiales graduados se encuentran 35 mujeres pilotos aviadores, meteorólogas y controladoras de vuelo, y próximamente egresarán, por primera ocasión, 54 mujeres sargentos segundos especialistas de la Fuerza Aérea, que contribuyen al fortalecimiento de la FAM en igualdad de circunstancias y bajo un ambiente incluyente y solidario, de tal forma que las mujeres graduadas ocuparán cargos que antes eran exclusivos del personal masculino.
Seguramente pronto ellas recibirán alguna de las condecoraciones que se entregaron al personal masculino de la Fuerza Aérea.