Feminicidio y ortografíacidio
Felipe Escalante: Feminicidio y ortografíacidio
Felipe Escalante: Feminicidio y ortografíacidio
FEMINICIDIO DE UNA MUJER. Para cumplir el compromiso con NOVEDADES YUCATÁN, en ocasiones esta columna tiene urgencia de cazar gazapos. Entonces acudimos al televisor y sintonizamos los noticiarios transmitidos en cadena nacional. Allí la caza siempre es segura por la abundancia de ejemplares. Empezamos por el canal del Ajusco. En el cintillo utilizado para poner títulos a los “Hechos” que expone el conductor (en otros tiempos era locutor) vemos una buena pieza. La nota dice: “Capturan al supuesto responsable del feminicidio de una mujer en la alcaldía Gustavo A. Madero de la CdMx”.
¡Oh! ¿El feminicidio de una mujer? ¿Habrá feminicidio de varones? Esto es un vicio de redacción, pues, con escribir simplemente “feminicidio”se entiende que la víctima era una mujer. Un pleonasmo, sin lugar a dudas. La resortera hace su aparición, lanzamos un fuerte disparo, la pedrada derriba al gazapo y lo guardamos en el morral de cacería.
ACTUALIZAR EL DICCIONARIO. Al repasar el Diccionario de la Lengua Española, en ocasiones chocamos con una pared. En días pasados, al indagar el significado de una palabra, ¡serendipia!, hallamos una voz que no conocíamos, “abriolar”, y su definición nos produce dudas: “Mar. Poner a las velas sus brioles”. En el mismo DLE localizamos el vocablo “briol”, definido como “Cada uno de los cabos que sirven para cargar las relingas de las velas en cruz, cerrándolas y apagándolas para facilitar la operación de aferrarlas”. ¡Atiza! Quedamos sin entender el asunto. Es obvio que las voces “briol” y “abriolar” no se utilizan en el castellano actual. Deseamos que pronto los académicos de la lengua española mejoren la descripción de esas palabras y de otras más; es decir, actualicen el Diccionario. Los usuarios del lexicón lo agradeceremos. Esta vez el tirahule permanece en reposo en espera de tiempos mejores.
ORTOGRAFÍACIDIO. El batidor incógnito* aparece de sopetón y envía a esta columna un error ortográfico monumental. En la parte superior de un cartel se avisa de las condiciones para entrar a una tienda de conveniencia:“Espere a que le habran la cadena por favor”. Para no ser visto, desde las sombras nuestro auxiliar nos comenta: ¡Es una chulada de ortografíacidio!
¡Órale! ¡Ponerle una hache a la palabra “abran”, que es un tiempo del verbo “abrir”! Tiene razón el apreciado batidor, ese letrero es un asesinato ortográfico. La honda hace su trabajo y el guijarro se impacta con dureza en el “habran”. Otro ejemplar termina en el sabucán y damos fin a la excursión cinegética. Hasta el próximo tirahulazo.
*Para pesadumbre nuestra el batidor incógnito se ha ausentado hacia las felices regiones celestiales y no volverá a enviarnos gazapos. Nos consuela que desde allá arriba seguirá pendiente de esta columna. ¡Algún día volveremos a vernos, jefe Martiniano, y nos tomaremos la cerveza que quedó pendiente!