Es cierto que este espacio es para hablar de cine internacional y en particular de lo que produce la industria mexicana del séptimo arte, pero en estos días, por la magnitud de sismo acaecido en los estados de Puebla, Morelos y Ciudad de México, entre otras entidades, el pasado 19 de septiembre –como hace 32 años, en 1985-, el cine puede esperar. México necesita bastante apoyo, más muestras de fraternidad y solidaridad, así como las plegarias de quienes lo consideren prudente.

Desde el pasado martes, la sociedad mexicana salió a las calles con el fin de apoyar las labores de rescate y remoción de escombros, personas de trajes o pants, en jeans o pantalón sport, con botas o zapato ejecutivo, todos pusieron las manos en la piedra y comenzaron a aportar en su titánica labor por rescatar cuerpos con vida… eso era lo más importante.

Pero los héroes anónimos no se quedaron en el polvo de las construcciones caídas, otros tantos pusieron su empeño en acercarles recursos alimenticios y potables para mantenerlos en la lucha, unos más metieron las manos a sus bolsillos y sacaron recursos para apoyar en la reconstrucción que está por comenzar; en suma, el pueblo ha puesto lo que está a su alcance y más.

Hace apenas unos días, manifestábamos en esta columna la indignación por la propuesta de reducción de presupuesto al cine mexicano en un 5%; sin embargo, el cine puede esperar y el dinero apoyar otras instancias que más lo requieren; incluso, me atrevo a suscribir la iniciativa que se ha lanzado para canalizar los recursos de los partidos políticos a la reconstrucción de zonas afectadas, pues se trata de una labor humanitaria y de índole prioritaria.

Quizá esta iniciativa haya levantado ámpula en diversos sectores políticos del país, pero es pedirles un poco de todo lo que han recibido del pueblo de México a los políticos y sus partidos, una petición que tiene origen legítimo y una causa social sin precedentes.

Es cierto que el sentimiento está a flor de piel en estos momentos, pero es hora de seguir adelante y demostrarle al mundo lo que siempre hemos confirmado, que somos un pueblo sólido y lleno de solidaridad, que se enfrenta al destino para seguir adelante.

“Fuerza México” y me resta sólo recordarle que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita, aunque por el momento, el cine sea una opción poco atractiva ante la magnitud de lo ocurrido.