Golpe de timón
El poder de la pluma
Por mayoría, el pleno del Senado aprobó el pasado miércoles el dictamen con Proyecto de Reformas a las leyes Orgánica de la Administración Pública Federal, de Navegación y Comercio Marítimos y de Puertos, con lo que avala el traspaso de funciones referentes a puertos, marina mercante y educación náutica de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) a la Secretaría de Marina (Semar).
Lo anterior, pese a la oposición de organismos gremiales y sindicales de la mercante, especialistas, académicos, abogados, politólogos y legisladores en ambas cámaras. El presidente incumplió así con otra de sus promesas de campaña: “desmilitarizar” al país, pues ahora les otorga más funciones civiles: seguridad, hospitales, aeropuertos, aduanas y ahora los puertos.
Hay mucha molestia entre los marinos civiles, pues de las atribuciones que pasarán de la SCT a la Semar destacan: regular las comunicaciones y transportes por agua; formular y conducir las políticas y programas para su desarrollo, y dirigir la educación náutica mercante; regular, promover y organizar a la misma, y establecer los requisitos que deba satisfacer su personal técnico, y conceder las licencias y autorizaciones respectivas. Y no se pone en duda que en la Armada hay personal preparado para cumplir con estas funciones.
Apenas hace cuatro años, en el Día de la Marina, el 1 de junio de 2016, el presidente en turno destacaba el renovado impulso a la Marina Mercante, que entonces contaba con 739 embarcaciones mayores, se había fortalecido la educación náutica al incrementarse en 187 por ciento el número de egresados de sus planteles en Mazatlán, Tampico y Veracruz. Y entre los proyectos en marcha destacaban la ampliación de los puertos de Altamira, Ciudad del Carmen y Progreso, y nuevas instalaciones en Coatzacoalcos, Matamoros, Seybaplaya, Tuxpan y Veracruz.
Los mercantes navegaban entonces con buen viento y buena mar, pero esa nueva marcha al mar (en alusión al Programa de Progreso Marítimo puesto en marcha por el presidente Adolfo Ruiz Cortines, 1952-1958) se detuvo y entró en una especie de letargo. ¿Qué pasó? De pronto, antes de finalizar el sexenio de Enrique Peña Nieto el discurso dio un giro de 180 grados, pues en 2017 las capitanías de puerto quedaron subordinadas a los mandos navales y se comenzó a gestar un golpe de timón hacia la Armada, para que tuviera un papel más preponderante no sólo en los asuntos inherentes a la marina civil, sino también en la formación profesional de su personal… y comenzaron los enconos.
De nada valieron las cartas, protestas y plantones de los capitanes y marinos civiles, ni los argumentos de legisladores y de expertos en el tema. La decisión, como todas las de este gobierno, ya estaba tomada. Los legisladores del partido en el poder ya tenían línea. ¿Qué pasará con la Marina Mercante, con su gente, sus capitanes de puerto, sus prácticos, sus alumnos?
Esta dependencia, tan importante para las actividades marítimas, de navegación y de comercio merece un mejor destino. Queremos pensar que pronto soplarán mejores vientos para estos hermanos del mar, que desde su trinchera han sido pilares en el desarrollo del país.
Anexo “1”
Educación náutica
La educación náutica en México, existe desde el nacimiento del periodo independiente, a partir del 1 de julio de 1822, cuando los cadetes de la academia militar de San Carlos, en Perote, fueron enviados a Tlacotalpan para incorporarse a la marina nacional. Para 1824 en el puerto de Campeche ya se impartían materias náuticas, y en Yucatán la Legislatura local determinó que en 1834 se abriera la primera escuela náutica.
Por disposición presidencial, el 24 de diciembre de 1854 se estableció la "Escuela Náutica para la Marina Mercante", en Ciudad del Carmen. El 8 de marzo de 1880, por Decreto Presidencial, se crean las escuelas náuticas de Campeche y Mazatlán para la marina de comercio. El 6 de Febrero de 1919, se inaugura la Escuela de Comercio y Náutica del Puerto de Veracruz; y el 2 de septiembre de 1945 se crea la Escuela Náutica de Tampico.
El 17 de Agosto de 1972, se crea el Fideicomiso para la restauración y funcionamiento de las Escuelas Náuticas de Veracruz, Tampico y Mazatlán. En 1983, la Institución cambia de denominación por Fideicomiso de Formación y Capacitación para el Personal de la Marina Mercante Nacional, (Fidena).
(Sen. Sebastián Calderón Centeno: la Gaceta del martes 11 de septiembre de 2007. Gaceta: LX/2PPO-11/13814
Fuente: https://www.senado.gob.mx/64/gaceta_del_senado/documento/13814