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Cuenta la leyenda que un paciente llegó a la consulta de cierto médico con un fuerte dolor de cabeza y calentura. Asimismo comentó que tenía tos seca y dolor muscular. El malestar era muy grande y el médico, con su gran sabiduría, le recetó paracetamol.

Resulta pues que este medicamento es de los más recetados por los médicos y también uno de los más usados, al grado de que se ha convertido en chiste y burla hacia los galenos: “Es lo que te dan cuando no saben que recetarte”, dicen algunos cuando realmente es todo lo contrario ¡Es más!, confieso que en la consulta he tenido que dar medicamentos de patente que contienen paracetamol y no éste únicamente como genérico para evitar caras largas y miradas groseras.

A mi parecer y el de muchos médicos, el paracetamol es el invento (casi mágico) del siglo, con la capacidad de poder ayudarnos a sobrellevar todas las sintomatologías que comenté al inicio de esta opinión y más. Cuenta la leyenda que se descubrió accidentalmente en el siglo XIX, cuando por una equivocación se le administró acetanilida en lugar de naftaleno a unos pacientes y se observó que se redujo considerablemente la temperatura. Posterior a ello, se iniciaron investigaciones determinando para los años cincuenta una nueva sustancia, el acetaminofén, que fue liberado al mercado con algunos nombres de patente: Tylenol, Triagesic y Panadol.

Por ahí dicen, pero no sé si es verdad, que de la descomposición de este último vocablo salió el popular nombre “paracetamol”, el cual tiene un mecanismo de acción central que abarca todo el cuerpo por inhibición de la enzima COX-3, por lo que, a diferencia de los otros desinflamatorios que inhiben enzimas COX-2, no provoca efectos gastrotóxicos, ni altera la función renal y no posee actividad antiagregante plaquetaria como la aspirina que poco a poco deja el mercado.

Se absorbe bien al tragarla y se elimina por la orina, lo cual lo vuelve fantástico, aunque, en exceso (más de 4 gramos al día) o administrado con alcohol puede causar un daño al hígado. Sin embargo, la dosis de 500 mg a 1 mg cada 6-8 horas en adultos tiene un buen nivel de seguridad haciéndolo excelente para su recomendación cuando se precisa un analgésico puro o como una alternativa a otros desinflamatorios en pacientes en los que éstos están contraindicados por antecedentes de hemorragias digestivas, alergias, enfermedades renales, o tratamiento con anticoagulantes, en ancianos y pacientes polimedicados, e increíblemente durante el embarazo.

Como ha podido observar, es un fantástico tratamiento sintomático del dolor y la fiebre, la primera (y única) elección en el dengue, muy seguro para embarazadas, no genera una respuesta de adaptación al cuerpo, por lo cual no deja de ser efectivo y supera a muchos medicamentos por su perfil de actividad farmacológica, eficacia, seguridad, conveniencia de uso y en especial su costo. Así que bien está el dicho: “Paracetamol para todos”.

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