|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

José de San Martín aseguró que “la soberbia es una discapacidad que suele afectar a los pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder”. Es por demás evidente que San Martín retrata visceralmente, pero con claridad, los problemas de la soberbia y el poder, evidencia un asunto que existe en nuestras sociedades y que carcome las relaciones entre los seres humanos, especialmente cuando una persona o grupo tiene poder sobre cualquier ser humano o la sociedad en su conjunto.

Aunque a través de los siglos se han aventurado muy diversas explicaciones acerca de qué es el poder, creo que podemos con simpleza mencionar que es la capacidad de un ser humano para lograr que otra persona actué o piense de acuerdo con la visión del mundo que tiene el primero.

Es interesante tratar de entender qué hace posible que existan personas que ejercen el poder por medio de la coerción y la fuerza, encontrándose ante la posibilidad de usar este poder en un país, empresa, escuela u hospital, muchos de ellos han sufrido el abuso del poder en algunas etapas de su vida y liberándose del yugo logran arrebatar el látigo de quien les azotaba, para ahora utilizarlo en azotar a quienes estén bajo su poder, pareciera existir una venganza contra la vida y contra el género humano por todo aquello que han tenido que padecer a lo largo de su vida, la salvaje ley del más fuerte marca sus existencias.

Oculto en lo más recóndito de estas personas se encuentra una razón mucho más poderosa para ejercer el poder como lo hacen, una baja autoestima, una grave falta de aceptación de lo que son y lo que valen, los impulsa a demostrar que son importantes y que valen mucho a través del ejercicio descarnado y sin consideraciones del poder, la embriagante sensación de poder hacer lo que uno quiera sin que nadie se te pueda oponer es la triste muleta con la que renguean arrastrándose por esta vida para tratar de demostrarse a sí mismos que son valiosos.

La máscara del poder esconde siempre a un pobre necesitado de amor propio, un devaluado ser humano que a través de su propia glorificación busca convencerse a sí mismo de que es un ser humano valioso y bien desarrollado, en el ejercicio de este poder absoluto encuentran su condena, ya decía lord Acton, “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”, en esta batalla por afirmar su valía acaban perdiendo lo poco de seres humanos que les queda.

Quien se ama, ama a los demás y es amado no necesita del poder, generalmente lo tendrá, pero no le es necesario, porque es en el ejercicio del amor donde encontrará su propia valía, generando una vida plena para sí mismo y quienes le rodean, alejado de las tentaciones y sufrimientos del poder

Lo más leído

skeleton





skeleton