En días pasados el multiemprensario y magnate Elon Musk, durante un evento organizado por un periódico de economía y negocios estadunidense, hizo una declaración temeraria: “…si las personas no tienen más hijos, la civilización colapsará”, o sea, si las mujeres deciden no tener tantas bendiciones como antaño, estamos destinados a la destrucción y la ruina humana, a extinguirnos como especie, ya que la economía depende del trabajo; el capital es tan solo mano de obra destilada.

Por supuesto la hipótesis ha tenido repercusión mundial por quien la ha dicho, un visionario que pretende implantar chips en los cerebros para curar trastornos neurológicos y realizar actividades con la mente.

Sus aseveraciones están sustentadas con estadísticas de natalidad mundial. El decremento de nuevas vidas durante la pandemia es contrario a lo esperado por el confinamiento.

De acuerdo al Banco Mundial, los mínimos históricos de nacimientos durante 2020 de las dos potencias económicas: Estados Unidos y China, no es un caso aislado, estos ya se venían dando varias décadas atrás.

Asimismo, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en un comunicado de prensa reportó el mismo comportamiento en México que los países antes mencionados, ya que en 2020 hubo un millón seiscientos veintinueve mil doscientos once nacimientos registrados, lo que representa una disminución del 22.1 por ciento respecto a los registrados durante 2019, cifra comprensible por la pandemia, aunque también es notorio el decremento en la ocurrencia de nacimientos.