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Cuando en 2018 se dibujaba a la Guardia Nacional como “una institución del Estado que participará en la salvaguarda de la libertad, la vida, la integridad, y el pleno ejercicio de los derechos de todas las personas, protegiendo su seguridad, sus bienes, así como preservar el orden, la paz pública, los bienes y recursos de la Nación”, José Miguel Vivanco, director ejecutivo de Human Rights Watch (HRW) para América, señaló: “Aun cuando se le quiere dar un empaque distinto y un rótulo distinto, la propuesta de López Obrador es seguir adelante y redoblar la opción militar para combatir a los cárteles”.

El tiempo le dio la razón a Vivanco: el cuerpo élite de este Gobierno no funcionó, como previeron expertos en la materia que veían en la Guardia Nacional un modelo agotado y contrario a las recomendaciones de la ONU de fortalecer a las fuerzas civiles y establecer un plan de retiro gradual de las milicias. Se comprueba, una vez más, que el Presidente que prometió “ir sacando al ejército de las calles porque no está preparado para esta función”, el que acusó de tortura y desapariciones a soldados y marinos, les sigue otorgando más atribuciones, convencido de que sólo las fuerzas armadas pueden revertir el fiasco de su estrategia de seguridad.

El martes, López Obrador dijo que presentará una reforma para que la Guardia Nacional pase a las filas del Ejército: “Queremos que se siga consolidando, pero no queremos que pase después a Gobernación u otra institución y en seis años esté echada a perder, voy a proponer en su momento que forme parte de la Secretaría de la Defensa, como existe la Fuerza Aérea, una rama, porqueno quiero quedarme con la responsabilidad de no haber propuesto las cosas que considero convienen al país”.

Los jefes militares se deben haber quedado pasmados ante tales argumentos, sobre todo los de la FAM, por el comparativo con la GN, lo que evidencia el desconocimiento de AMLO sobre la organización de la Sedena. Pero incorporar a la Guardia Nacional como “rama” del Ejército no es otra cosa que militarizarla para hacerla eficiente, lo que no ha logrado, pues de otra forma no haría falta la reforma. Luego entonces estamos muy lejos de que una corporación policíaca civil asuma las tareas de seguridad pública y no hay de otra más que echar mano de los militares.

El Ejecutivo pretende presentar la iniciativa ante la Cámara de Diputados en 2023, un año antes de concluir su mandato, así que hay tiempo para que la frenen los legisladores. Recordemos que en la reforma constitucional de 2019 que creó la Guardia Nacional, se establece que el 26 de marzo de 2024 los militares se retirarían de las tareas de seguridad pública, pero López Obrador ha ido en sentido contrario.

En octubre de 2020, un juez de distrito consideró que el acuerdo gubernamental por el que se faculta más a las fuerzas armadas para participar en tareas de seguridad pública es inconstitucional. Y pueden venir amparos en cascada.

Anexo “1”

Suicidio

El pasado martes por la tarde comenzó a circular en redes sociales la lamentable noticia: el almirante Hilario Durán Tiburcio fue encontrado sin vida en la comandancia de la II Región Naval de Ensenada, BC, dependencia que tenía a su mando desde el 16 de junio del año pasado. Versiones extraoficiales de la Secretaría de Marina indicaron que se trató de un suicidio; varios medios sugirieron otra cosa. Sólo recordamos un hecho similar, ocurrido en los años 90 (según nos comentan compañeros), cuando un Vicealmirante de Infantería de Marina, (muy apreciado por quienes fueron sus subordinados, entre quienes me cuento), se quitó la vida en Veracruz con una pistola Cal.45.  

El deceso del almirante Durán Tiburcio enlutó a la familia naval, sobre todo a sus contemporáneos y compañeros de Generación de la H. Escuela Naval. Entre sus cargos más más recientes, fue jefe de la Unidad de Promoción y Protección de los Derechos Humanos de la Secretaría de Marina y se le otorgaron tres menciones: por la certificación Nivel Oro de la Unidad de Promoción y Protección de los DDHH al cumplir con la norma en Igualdad y no Discriminación del Sistema Nacional para la Igualdad entre mujeres y hombres; por su participación en la gestión, elaboración y presentación de la propuesta “Favoreciendo la Igualdad de Género en la Semar” al haber obtenido el primer lugar del premio a la cultura de igualdad de género en la administración pública federal “Amalia de Castillo Ledón” en 2017; así como, por haber impulsado que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social reconociera a la Semar con el distintivo de Empresa Familiarmente Responsable. Descanse en paz.

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