La magia de la Navidad, para siempre
David Ojeda: La magia de la Navidad, para siempre
No olvidemos a la magia, ese cúmulo inigualable de emociones, esa sensación que trae tanta alegría, ilusión y fantasía, que a la vez se mezcla con nerviosismo y asombro. Esa magia tan grande que rodea nuestra vida y nos demuestra que nada es imposible, una magia que brota en estos tiempos navideños junto con la conmemoración del nacimiento del festejado: Jesús.
Tanta magia brota que olvidamos miedos, dejamos de lado las preocupaciones diarias para disfrutar del amor de la familia, es el momento de mayor convivencia con los nuestros, es el tiempo de perdonar y volverse a hablar, de afianzar amistades y, claro, de comer de maravilla.
Pero que la magia de la Navidad dure todo el año, que llevemos estos sentimientos a cada minuto, que podamos extender la amistad dentro de nuestra familia, que el perdón exista a diario y las enemistades se puedan romper.
Viene un año mejor, pero para que eso ocurra tenemos que hacer que la magia aumente, que el amor se convierta en el estandarte de nuestra vida pensando siempre en el otro, luchando por los demás, pues quien piensa en los demás, está pensando en uno mismo dos veces.
A todos mis amigos lectores les deseo mucha magia en su vida, espero que hayan pasado una maravillosa Navidad que pueda extenderse a lo largo de los meses y, que además de Cristo, pueda nacer en su corazón la alegría para vencer cualquier tristeza; la fortaleza para soportar cualquier caída; la esperanza de que todo estará mejor; las risas para que nunca decaiga el espíritu de lucha, y por último, que nazca el amor, por supuesto, pues quien tiene amor, lo tiene todo, quien lo da brinda su vida entera, quien se brinda, es un gran mago.