"Pareciera que alguien está jugando a ser Dios”, me dijo un amigo mientras hablábamos sobre las enfermedades emergentes de causas desconocidas como la hepatitis aguda en niños, la cual está en boca de médicos y de muchos padres preocupados, los cuales buscan respuestas sobre cómo prevenir que esta terrible enfermedad llegue a sus casas.

Me dispongo a escribir sobre esta enfermedad y cómo combatirla. Primero, es importante saber que, según la actualización del 19 de mayo emitida por la Conave, alrededor del mundo han sido reportados 169 casos, iniciando el 5 de abril del 2022 en Escocia.

A la semana siguiente aparecieron casos similares en sus vecinos de Inglaterra, Irlanda del Norte y Gales. Posteriormente en España, Francia, Italia y muchos otros países como Estados Unidos. En cuanto a México, actualmente hay 10 casos sospechosos, eran más, pero varios fueron descartados y uno falleció sin diagnóstico. Estos se han reportado en CdMx, Nuevo León, Tamaulipas, Michoacán y Puebla, caracterizados por cuadros de ictericia (se pone la piel o los ojos de color amarillo), dolor abdominal, diarrea y vómitos; elevación de las enzimas hepáticas (en la toma de sangre) y el dato primordial que ha llamado tanto la atención, no encontrar virus de hepatitis en los estudios. Usualmente, la hepatitis es la inflamación del hígado producida por un virus del mismo nombre, pero, ahora resulta que se inflama el hígado sin el virus de hepatitis ni ninguna causa aparentemente detectable.

De hecho, los estudios marcan que 74 de los 169 casos tenían adenovirus, el agente causal más común del catarro y con el cual hemos convivido siempre. Solamente en 20 de los casos se detectó alguna asociación con Covid-19, por lo cual los científicos descartan que sea el SARSCoV-2 el causante de esta hepatitis.

La Conave ha indicado hacer el diagnóstico de sospecha al identificar a un paciente menor a 16 años con síntomas de hepatitis, elevación de transaminasas y que no sea causada por el virus de hepatitis.

“¡Oye doc!, ¿cómo lo prevengo?”. Bueno, pues luego de que 16 de los niños requirieran un trasplante de hígado de los 169 infectados, toma mucha relevancia el evitar una catástrofe mundial con esta nueva enfermedad, aunque no es momento de alarmarnos, sí es indispensable fomentar el riguroso lavado de manos con agua y jabón, no con gel, después de ir al baño, antes de preparar alimentos y después de cambiar pañales.

Uso de cubrebocas KN95, en especial si presentamos catarro, sobre todo en los adultos para evitar contagiar a los niños; completar el esquema de vacunación según la edad; limpiar juguetes y objetos de uso común por los niños, tanto en casa como en las escuelas; evitar parques y centros comerciales, así como los juegos en restaurantes, en especial si nuestros hijos se quieren llevar todo a la boca; manejo adecuado de excretas, así como no llevar a los hijos a la escuela si presentan síntomas respiratorios o gastrointestinales. Aún estamos a tiempo de frenar de tajo esta enfermedad, en especial debido a que ya sabemos cómo se previene.