Las personas ¿pueden cambiar?
David Ojeda Correa: Las personas ¿pueden cambiar?
Varias veces he escuchado la frase que dice “las personas no cambian”, justo se debe a la controversia que existe dentro de la psicología sobre si en realidad una persona puede o no transformarse.
En opinión, meramente personal, la cual se basa en la mirada profesional como médico y terapeuta, puedo armar que el ser humano tiene la capacidad del cambio y que este depende de múltiples factores.
Primero iniciamos con el “querer es poder”, pero ojalá fuera tan fácil, ya que como dije, el cambio es multifactorial y requiere no solamente de uno mismo, sino de su entorno.
Solemos tirarle la culpa a nuestra fuerza de voluntad, claro, uno de los factores indispensables, pero también hay que echarla a nuestro medio ambiente, quien sigue bajo el mismo medio suele seguir viviendo lo mismo, evitando así poder cambiar.
Eso se ve frecuentemente en quienes quieren dejar las drogas y no lo logran al seguir teniendo el mismo grupo de amigos con quienes consumía.
O por otro lado, algunas organizaciones dedicadas a dejar el cigarro te proponen cambiar la ubicación de tu cuarto y la rutina de cada día para poder dejarlo, como por ejemplo, hay gente que toma café y fuma por las mañanas, la idea en este caso sería no tomar café o intentar cambiando el horario para tomarlo.
Otro factor indispensable para el cambio es la gente, muchas veces queremos que el otro o la otra cambie, es súper común ver en la consulta a personas que quieren hacer cambiar a su pareja y en la mayoría de los casos, quienes necesitan un cambio son ellos mismos.
Tuve hace poco un paciente al borde del divorcio, decía no tolerar a su esposa, sin embargo, cuando descubrió todo en lo que él podría cambiar y lo hizo, se dio cuenta que su esposa también le había seguido inconscientemente en esos cambios.
La última vez que los vi fue cuando regresaron de viaje de su segunda luna de miel.
Otro factor es el nunca rendirse, la esperanza es lo último que muere y si nos cansamos de intentar nunca llegaremos a la meta.
Cuando la gente cae y quiere seguir en la lucha suele decirse: voy a volver a intentarlo.
En este caso es importante saber que intentar de nuevo es válido, pero hacerlo de la misma manera que antes probablemente te llevará al mismo resultado. Caminos diferentes llevan a sitios distintos. Se vale intentar, pero haciendo las cosas de la manera en que no habías probado.
Por último, dejamos al tiempo como un factor clave para el cambio, es indispensable fijar fechas reales, palpables. Metas claras con fechas concretas.
No es válido decir “en un año habré bajado de peso” (menos si es en enero como los propósitos que siempre nos hacemos de año nuevo) las metas deben de ser visualizadas en periodos cortos, por ejemplo, el primero de febrero habré bajado un kilo.
Cambiar no es fácil, pero sí posible, tanto para bien como para mal, solo recuerda, para lograr un cambio primero hay que intentarlo.