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Qué padre Día del Padre estoy teniendo. Es el segundo que festejamos, pues nuestro bebé nació apenas año y medio, aunque bueno, fue una celebración realmente entre mi esposa y yo, ya que el bebito, con 6 meses, no comprendía mucho.

Éste año es posible que tampoco comprenda que pasa en su totalidad, pero su sonrisa, su felicidad y sus abrazos hacen sentir que si mientras me dice con constancia la primera palabra que aprendió: papá.

Qué padre, es la primera vez que recibo un regalo que viene de sus manitas y que me demuestra en su carita su emoción por entregármelo, un regalo que se ha vuelto tesoro, pues a esa edad todo lo que haya sido hecho por uno mismo, aunque sea algo pequeño, es psicológicamente relevante, a esa edad, la mente del niño cree que todo lo que hace es parte de uno mismo, por tanto, recibir algo que él concibe como parte de su mismo ser, lo hace más especial.

Claro, si no fuera por mi esposa, su amor y creatividad, jamás pudiera el bebé haberme entregado algo, pero el recibirlo de sus manos se volvió una emoción indescriptible, algo que me hizo sentir que todas esas horas de trabajo para que él reciba lo mejor posible, que todo ese tiempo cansado, esos momentos de sacrificio, valen la pena.

No lo digo por el obsequio, sino por la sonrisa pues comprende que está dándome algo que con sus manitas hizo, entiende que esa parte de sí mismo que está dándome me hará feliz, en otras palabras, busca mi felicidad y, si lo hace, es porque me ama y ese es el mejor de los regalos que pueden existir en esta vida, darte cuenta que nuestro amor es mutuo. Fueron varios regalos que recibí: Llegué a casa del trabajo, apurado como siempre para poder seguir con la rutina del día a día.

Como se ha vuelto una costumbre, al abrir la puerta, el bebé va corriendo para saludarme, sonriente y alegre. En esta ocasión, al abrir la puerta había música: “Hoy tengo que decirte papá, te quiero más que a nadie y cuando estoy a tu lado, todo el tiempo se me va”.

El bebé llegó corriendo y sonriente, portando una playera que le quedaba enorme como capa y una gorra que le tapaba los ojos. Tanto la gorra como la playera tienen pintados un corazón a mano y la frase “te amo papá”, además, tenían las huellas de sus tiernas manitas colocadas con pintura.

Había también una bolsa de regalo con un traje de baño que combina con la gorra y playera, para que hoy fuéramos a disfrutar de la playa, así como unas fotos enmarcadas del bebé y yo pasando maravillosos momentos mientras elevábamos un papalote, jugábamos en la arena y disfrutábamos en familia un hermoso abrazo.

Eso no es todo, mi esposa me preparó un delicioso postre que sabe que me enamora y me obsequiaron cuatro cuadros de pintura en acrílico realizados en un bastidor para que coloque en mi consultorio. Lo más especial de estos hermosos cuadros, es que fueron hechos por los artistas más grandes de mi corazón empleando técnicas llenas de amor: mi esposa y mi bebé.

En los cuadros abstractos se ven sus huellas, sus primeras pinceladas e incluso las patitas de mi perro que también colaboró.

Quién guste conocer estás obras de arte realizadas por un bebé de año y medio, les invito a pasar a mi consultorio. Si eres una madre que lee esto y se encuentran en situación de divorcio, te invito a fomentar la relación amorosa con papá. Seguro encontrarás la forma si el papá lo permite.

Si eres padre y hoy recibiste una sonrisa como regalo, qué padre día del padre, pues lo estás haciendo muy bien. Por supuesto que no puedo finalizar sin antes dirigirme a quien orquestó en mí esta bella forma de ver la vida. Gracias a mi ejemplo de vida, a mi amigo, a mi papá. ¡Felicidades!

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