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A diario conocemos gente nueva, vemos diversos rostros y enfocamos en ellos nuestra atención.

A diario, tenemos la oportunidad de mirar tantas caras, pero hay una a la poca fijación telefónica, aquella que miramos cada mañana, esa que se encuentra en tu espejo, que te observa con tan diversos pensamientos, que te habla con la mirada y Te cuenta historias con cada delicada, perfecta imperfección.

A ese rostro poco lo conocemos, no parece tan extraordinario como los demás, hasta ahora, pues, desde la segunda guerra mundial, ninguna generación había mirado al espejo sin saber si sería la última vez, es hasta ahora que podemos prestarle atención, pues si el coronavirus deja algo es sin duda la respuesta a "¿quien eres tu?". ¿Qué te dice la mirada de ese rostro? ¿Eres de los que se cuidan? ¿O te da igual? ¿Qué tanto valoras la vida?

Míralo, él ya sabe cuánto amor eres capaz de brindar, sabe si ha abandonado a tus padres o abuelos, si negligentemente acudes a ellos como si nada o si eres el que te preocupa la visita desde la ventana, con cubrebocas o tal vez de los que empleados su amor por teléfono o videollamada.

¿Eres de los que piensan en los demás? ¿O fuiste el ignorante que corrió a la farmacia para comprar todo el medicamento que decían que podría servir, aunque en realidad no lo usaras? ¿O pudiste ser el alma caritativa que ayudó al enfermo a buscar su medicina que el egoísta se llevó?

La contingencia nos ha revelado cuánto apreciamos al ser humano ¿Te da miedo que el médico te contagie? ¿Que se te acerque? O quizás fuiste el que aplaudió o el que pudo constantemente a su amigo médico o enfermero para que sepa que pese a la distancia lo tienes presente y no solo para pedirle consultas gratis.

O mejor aún, juntaste tus monedas para brindarles herramientas de trabajo para que sepan que estás con ellos. ¿Quién eres? ¿El que ama su vida, la de su familia, amigos y empleados, por eso cerraste tu negocio pese a las consecuencias económicas? O eres el inepto que mantiene su empresa abierta bajo el agua, el que redujo salarios desde el principio, el que quiere que se le acepte como esencial. ¿Quién eres? ¿El que sigue saliendo de casa sin ser necesario? ¿el que hace reuniones? ¿o el que usa cubrebocas para no contagiar a otros y no se queja de las medidas del gobierno? ¿Eres el que se informa? ¿O eres quizá el que comparte información alarmista y quiere correr al laboratorio por una prueba? ¿El que como no aguanta el encierro sale bajo cualquier pretexto? O ¡ya sé!, quizá eres el que se da golpes en el pecho rogando a Dios que salve al mundo pero no apoya al que no tiene hogar, no le habla al enfermo, no viste al desnudo, no consuela al miedoso? ¿El que no entiende que a Dios rogando pero con el mazo dando? ¿O eres el que por lo contrario sí lo hizo? Podría seguir y seguir con más preguntas para el rostro del espejo, así es la magia de la vida, un rompecabezas que tenemos que ir armando con actos y pensamientos, sólo tú puedes saber si quieres seguir siendo al que viste esta mañana o si quieres ser uno mejor.

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