Enfermedades crónicas: tú tienes el poder

Columna de David Ojeda: Enfermedades crónicas: tú tienes el poder

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"La vida no tiene sentido”, me dijo una paciente tras haberle diagnosticado diabetes hace unos días. Así es, le respondí, la vida no tiene sentido, tú se lo pones.

La diabetes es una enfermedad crónica-degenerativa, en otras palabras, es un padecimiento que tendrás por hasta la muerte y que, de no ser adecuadamente tratada, irá generando complicaciones y disminuyendo la calidad de vida.

Por tanto, un buen tratamiento de diabetes, como el de cualquier otro tipo de enfermedad crónico-degenerativa, será recuperar la calidad de vida del paciente. Entendemos como calidad de vida a la capacidad que las personas tienen para llevar su vida por ellos mismos (autonomía), de ser felices, de poder disfrutar de su día a día y de su entorno.

Una persona con emociones auto-controladas tiene entonces una buena calidad de vida. Para tener entonces emociones controladas hay que trabajar con los factores de riesgo y los detonantes que pueden alterar nuestra enfermedad y, para ello, existe la psicoterapia, razón por la cual existen muchos artículos científicos que afirman que el buen control de una enfermedad crónica tiene que ir acompañado de terapia emocional.

Siguiendo con mi ejemplo, la diabetes, tendremos que atacarla desde tres flancos: lo que lo causa, lo que lo dentona y lo que siento al respecto.

En cuanto a la causa o primer flanco, sabemos que es la falta de absorción de la glucosa o la falta de liberación de insulina desde nuestro páncreas. El detonante o segundo flanco, será la obesidad o el consumo de azúcar u otros carbohidratos y, el tercer flanco, lo que se siente al respecto, al igual que en casi todas las enfermedades crónicas, es miedo.

Los primeros dos flancos se van a abordar con la medicación y la modificación del estilo de vida, ya que toda enfermedad crónica requerirá del sacrificio de la transformación de los hábitos de la persona. El tercer flanco, las emociones, dependerán de un arduo trabajo, pues para vencer al miedo hay que aceptarlo y luego comprenderlo.

Mientras más entiende una persona con un padecimiento crónico-degenerativo de su enfermedad, más se vuelve capaz de sentir que tiene el control sobre éste y las maneras en las que podrá afrontarlo.

Es triste cuando veo personas de la tercera edad que llevan años sin comer adecuadamente porque no se les explicó qué es realmente la diabetes, pero es más triste ver que su calidad de vida disminuyó porque ellos fueron quienes no preguntaron, no averiguaron.

Concluyendo, una enfermedad crónica no significa el fin de una vida, es simplemente un llamado para la modificación de nuestros hábitos por unos más saludables, mismos que tenemos que investigar y trabajar.

Es curioso, pues en la mayoría de las enfermedades crónicas, como la diabetes o la hipertensión arterial, el tratamiento que requiere de los tres flancos ya expresados, depende más del paciente que del médico, e incluso que la enfermedad misma. El control de nuestra calidad de vida sigue estando en nuestras manos.

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