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Nos hemos olvidado de Él, de lo que hizo, de lo que dijo, de lo que nos pidió. Nos hemos olvidado de Él tanto que tenemos la duda de nuestra misión en la vida sin recordar que ya nos las ha dejado: “Vayan y prediquen el evangelio a todas las naciones”. ¿Y cuál es su evangelio?

Es su vida, su amor, su perdón, su servicio, su ejemplo. Nos hemos olvidado de Él y lo hemos hecho tanto que ya no recordamos la importancia del amor propio, del amor a Dios y a nuestro prójimo, todo esto contenido en su último mandamiento: Amarás a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo.

Nos hemos olvidado de Cristo, tanto que ya no sabemos dónde se encuentra, unos dicen que está en el cielo, en el universo, a nuestro lado, pero no es así pues está dentro del corazón de cada uno de nosotros. Él no nos ha olvidado: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”.

El problema es que somos los culpables de alejar a Cristo y sacarlo de nuestros corazones, pero hoy, ¡hoy! Todo puede cambiar al recordar nuevamente quién Es. Dijo Santo Tomás: “si no veo en sus manos los agujeros de los clavos, y si no meto en ellos mis dedos y no meto mi mano en la herida de su costado, no creeré”.

¿Y qué hizo Jesús al respecto? Se dejó ver, se dejó meter los dedos en las llagas para que crean en Él, para que quite esa ceguera y lo renueve en su corazón. Santo Tomás al mirarlo respondió: Señor mío y Dios mío. También Jesús le dijo a este mismo apóstol “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí”. Entonces, ¿cómo pretendemos llegar a Dios si hemos sacado a Cristo de nuestro Corazón?

El plan perfecto de Dios está en haber decidido amarnos, en permitir acercarnos a Él, y hoy poder volverlo a ver gracias a la nueva escultura hiperrealista que el ISEG Mérida ha develado.

Una imagen que presenta a Cristo tal cual se encontraba al momento de su resurrección siguiendo con cada uno de los datos que proporciona la Sábana Santa de Turín.

El yucateco Antonio Estrada, empleando 40 años de investigación de diversos científicos, llevó a cabo, tras 100 horas de trabajo artístico, la única escultura hiperrealista que existe en América que permite ver el rostro de Jesús tal cual era.

En esta escultura se retrata con crudeza todo lo ocurrido durante la pasión sin poner mano del artista y sin endulzar aquel suceso como otras esculturas lo han hecho. La escultura se encontrará hoy domingo en la parroquia de Dzidzantún hasta las 12 del día, luego podrá ser vista el 29 de marzo en un velatorio solemne a las 21:30 y posteriormente el Domingo de Gloria en la reinauguración del museo de la sábana Santa en el Centro Guadalupano, acompañada de diversas conferencias y actividades, desde las 8:00 hasta las 14:00 horas.

A esta escultura le acompañará una réplica certificada por el STURP de la Sábana Santa. Hoy, tenemos la oportunidad de ver una escultura, no de un hombre muerto, sino de Nuestro Señor resucitando, en un evento gratuito. Puede conocer más detalles en el Facebook ISEG campus Mérida o en sabanasantamerida.org.

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