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Quien levanta la voz es porque le urge ser escuchado, claro, tiene lógica, aunque no para todos. Cuando me refiero a levantar la voz, estoy queriendo señalar a esa persona que en casa o en el trabajo grita mucho a veces sin razón aparente.

Esa persona que muestra su enojo a gritos y le llaman “histérico o histérica” por su familia o compañeros. Aunque no todos los casos son iguales, resulta común que en consulta de psicoterapia me pregunten sobre qué puede significar que su esposo, esposa, incluso el paciente mismo tienda a levantar la voz al hablar.

Hoy quiero que meditemos juntos sobre esta acción (levantar la voz) que puede ser irritante y desesperante para muchos, pues cuando no hay una razón para gritar entonces asoma la causa del inconsciente que ha llevado a una persona a hacerlo. Todo grito habla más de la persona que grita que lo que realmente quiso decir.

Una persona levanta la voz cuando se siente menos, cuando está tratando de obtener autoridad, cuando quiere resaltar y/o quiere ser protagonista. Por tanto, una persona que se siente menos y necesita ser protagonista es, desde una mirada analítica, una persona que tiene baja la autoestima, que se siente menos en el lugar en donde se encuentra y, por tanto, le urge levantar la voz para hacerse inconscientemente notar; es un grito desesperado de auxilio.

También se levanta la voz como un aullido desesperante al sentirse acorralado, como cuando un jefe le grita a su empleado, en realidad el jefe no tiene mejor argumento que atacar pues se siente desprotegido.

También se me viene a la mente aquella persona que de repente saca sus garras y te ataca por la boca, es por el miedo que te tiene. Así que, levantar la voz también puede ser una muestra de miedo.

Levantar la voz también ocurre cuando la persona siente que ha perdido el control e inconscientemente necesita recuperarlo, así que da gritos de desesperación para poder obtener lo que piensa que ha perdido, como cuando alguien habla fuerte tras perder un juego.

Levantar la voz también puede provenir de una emoción como el enojo, ocurre de manera impulsiva, pero también deja ver mucho de ti, de tus inseguridades, de tus miedos en medio de aquel enojo. Sea cual sea la causa, levantar la voz siempre tiene un significado profundo que te puede advertir sobre el dolor o daño que alguien está viviendo, por ello, vale la pena escuchar más allá de la voz de aquella persona y, si somos nosotros quienes la voz levantamos, empecemos a trabajar en nuestro Yo interior que por dentro algo nos está gritando más fuerte que afuera.

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