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Tres años han pasado desde entonces, tres de haber dicho que sí para toda mi vida, sí de haber elegido estar en las buenas y en las malas, a tu lado en la salud y en la enfermedad, en lo próspero y en lo adverso.

Tres años de haber firmado ante el mundo que eres mi complemento, que eres quien salva mi día a día, el motivo del latir de mi corazón, mi anhelo de todos los días al salir del trabajo y mi razón de volver a casa a tu lado. Tres años de ser esposos, tres años en los que Dios me ha puesto a tu lado, pero ocho de haberme permitido que seas mi novia eterna, la chava de la que me enamoré y de la que me enamoro a diario.

Ocho años de novios, pero más de haber vivido la maravillosa experiencia de conocerte, una casualidad que parecía destino aunque bien sabemos que el destino no es lo que nos va a pasar, sino que es lo que haremos que suceda, y hoy ya sucede una familia a tu lado con nuestro hermoso bebé, nuestra casa, nuestros perros, nuestros sueños, nuestras discusiones y nuestras aventuras.

Si alguien me preguntara qué es lo más difícil de la vida, sin duda respondería que aprender a vivir con una persona que es completamente diferente a ti, pero que te complementa y ese complemento se ha convertido en una llave maestra para mi alma que me impulsa todos los días a seguir adelante, a ser mejor persona, mejor padre y mejor esposo.

Sonrío con nervios, pues no sé qué camino nos depara el futuro, sólo sé que lo afronto con muchos sueños y todos son a tu lado, junto a tu sonrisa que es ese brillo del diamante que llevas en el alma, junto a tu mirada que me envuelve en un eterno suspiro y tu aroma que me lleva al cielo dejándome imaginar lo que es el paraíso.

Tres años que pasaron de volada, tres años que no son nada si los comparamos con todo lo que nos falta, por todo lo que hay aún que recorrer. Si trazamos la meta y caminamos de la mano hacia ella, juntos, ninguno arriba, ninguno abajo, pero si siendo siempre un equipo que se impulsa, ¿qué no podremos lograr?

Felices tres años de esposos y ocho de novios. ¡Ah!, y aprovecho darte mi más sentido pésame, por haber elegido a este tipo loco para tener a tu lado, un tipo loco de amor, loco por ti y loco por la vida que vamos juntos a vivir.

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