¿Cómo saber que un perdón es verdadero?

Columna de David R. Ojeda Correa: ¿Cómo saber que un perdón es verdadero?

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Casi todas las religiones, sino es que todas, nos hablan del perdón como la meta principal para sanar nuestra alma, es por ello que se ha convertido en una necesidad del ser humano el sentirse liberado de una culpa pidiendo perdón y con esto ganando la creencia de que, de no hacerlo o no recibirlo, se está condenado al sufrimiento.

Perdonar es dejar atrás la ira y el rencor, aunque no siempre es así, a veces es solamente para sacarnos del apuro y sentirnos bien con nosotros mismos, pocas veces es porque en realidad nos nace puesto resulta que, como siempre nos han dicho que hay que perdonar, nos sentimos obligados a hacerlo.

Si nos ponemos a razonar, la mayoría de las veces que hemos pedido perdón han sido falsas, todo por buscar el bien común, pero bueno, no está mal realmente si eso te regresa la paz emocional y la del ambiente en donde te desenvuelves.

Lo difícil de pedir perdón es que hay que ser sinceros con uno mismo, es más, hay que ser humildes, tenemos que culparnos completamente del acto y, si no vemos que hemos sido los culpables, entonces de plano es falsa aquella disculpa. Titulé está opinión preguntando “¿Cómo saber que un perdón es verdadero?”.

Bueno, en el párrafo anterior está la clave, cuando la persona acepta por completo la culpa y deja en libertad su ira y rencor ya sabemos entonces la verdad. Para saber disculparse hay que decir las palabras exactas, nada que haga aparentar que no te sientes realmente culpable o mal por el acto cometido.

En psicología se sabe que el empleo de la palabra “pero” quita el mérito de lo que dijiste antes, por ejemplo: perdón por agarrar tu ropa, “pero” la necesitaba. Ojo con el empleo de esta palabra, pues, un perdón real no la lleva. Otro punto importante para detectar que un perdón no es verdadero, es cuando la persona se justifica o le echa la culpa a los demás, por ejemplo: perdón por empujarte, es que había mucha gente y tenía que pasar rápido por donde estabas tú. Justificarse en un perdón rompe completamente con la sinceridad.

Un perdón falso es cuando la persona emplea el tiempo como un justificante: disculpa por no haberte pedido perdón antes, estaba muy ocupado.

Nunca se está tan ocupado como para pedir disculpas cuando realmente hay arrepentimiento. Por último, queda la falta de arrepentimiento, como cuando la persona te dice: perdón por golpearte, conste que tú empezaste primero. ¡UPS!, foco rojo, ahí no es un perdón sincero. Y ¿si no quiero pedir perdón a alguien está mal?

La respuesta es simple, no, pues, lo importante del perdón es realmente sentirlo y, si no te nace, entonces no tienes porque hacerlo, claro, eso va a generar una consecuencia desde lo religioso hasta en lo social, aunque me pregunto ¿para qué mentir y vivir ocultando nuestras emociones?

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