La felicidad es momentánea
Columna de David R. Ojeda Correa: La felicidad es momentánea
“La felicidad es momentánea”, me dijo en una ocasión un paciente durante una sesión de psicoterapia.
“Tienes razón”, le contesté, son los momentos los cuales disfrutamos hasta lo más profundo de nuestro ser los que nos sacan una sonrisa y los cuales seguimos anhelando, pero también es ese anhelo, ese eco del momento alegre el que hace que nuestra felicidad perdure cada vez que la volvemos a evocar, por tanto, la felicidad es momentánea para cada momento e instante en que la queramos generar. -“¿Generar?”-.
Me preguntó el paciente. –“¿Estás queriendo decir que la felicidad no nos las dan las otras personas, sino que nosotros las creamos?”-. -“Así es”-, le respondí. -“¿Cómo entonces puedes explicar que me pongo contento cuando recibo un regalo o cuando una persona me dice algo bonito?”-, me replicó.
-“Pues de la misma manera en la que podemos comprender que nos sentimos tristes cuando el regalo no nos gusta o nos ponemos enojados cuando una persona nos dice algo feo; las emociones dependen de nosotros, son nuestras y se basan en nuestra interpretación y visión de la vida.
Podemos estar enojados con alguien pero el enojo nos pertenece, puede incluso ser que la otra persona esté contenta y nos enoje su felicidad”-, le argumenté con entusiasmo por este diálogo enriquecedor. Amigo lector, la felicidad depende únicamente de ti, depende de la manera en la que visualizas la vida, el momento, el instante. La vida puede realmente ser muy feliz aunque la felicidad sea momentánea, pues te corresponde lograr que así sea.
Cada momento puede ser feliz si se le ve de la manera correcta, pero si, por algún motivo, no puedes observar ese instante feliz, tampoco te tortures, es normal, nadie tiene la capacidad de mantenerse alegre todo el tiempo o toda la vida. Tener emociones es normal, pero ojo, cada una de esas emociones nos pertenece a nosotros, nadie nos las está generando y por tanto nadie es culpable de ellas. Te invito a ser responsable de tu felicidad por más difícil que eso parezca, pues si tu cerebro, el cual es impresionante, de por sí tiene la capacidad de hacerte sufrir, entonces también la tiene de hacerte sentir mejor y enfocarte en sonreír.