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Nos encontramos en la antesala del segundo debate presidencial y el panorama político no ha cambiado mucho en las últimas semanas, el contexto en el que se inscribe tiene como elementos principales lo que ha ocurrido al interior de los equipos de cada una de las candidaturas a la Presidencia. Aquí unos breves apuntes sobre ello.

Xóchitl. El primer debate dejó una buena lección a la candidata del PAN-PRI-PRD, por lo que pronto se desmarcó de la imagen que sus asesores deseaban construir alrededor de ella, anunció que regresará el huipil, la soltura y la espontaneidad. Entre líneas estas declaraciones dan cuenta de la distancia que existe entre ella y su equipo en términos de imagen y caracterización.

La renuencia de la candidata en asumir plenamente la representación de los partidos de su coalición sólo detona mayores críticas, como ejemplo recuérdese su visita a la Universidad Iberoamericana y las puntillosas preguntas que recibió gracias a su discurso de “candidata ciudadana”. Se mantiene sin avance o retroceso significativo en las encuestas, tiene poco menos del 30 por ciento en la preferencia de voto.

Claudia. Una amplia mayoría de comentaristas le adjudicó el triunfo en el debate, el camino a la Presidencia de la República podría ser más tranquilo de no ser por el fuego amigo.

En el debate, la candidata de Morena dejó entrever autosuficiencia política, algo que no pasó desapercibido para una parte del morenismo que reclamó, a través de las páginas de La Jornada, la falta de memoria y defensa de la gestión del mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador. El debate de hoy será revelador sobre este último aspecto.

Las tendencias de voto le dan un amplio margen de ventaja, aún es la opción para más del sesenta por ciento de los votantes, aunque algunas encuestas muestran una disminución poco significativa. Faltará ver si la gestión de Martín Batres ante el problema del agua en la CdMx no pasará una factura mayor.

Máynez. Su participación en el debate, sonrisa de por medio, fue una exitosa carta de presentación ante el electorado mexicano. En las últimas semanas ha desarrollado actividades discretas, a pesar de ello, ha subido cuatro puntos en la intención de voto, situándose como opción para el siete porciento de las y los votantes.

Algunas figuras de la comentocracia nacional creyeron prudente sugerir que se le excluya de los debates venideros por considerar que no es un competidor real por la Presidencia de la República, ocurrencia que desatiende a la pluralidad de una democracia madura. El primer debate no sirvió para revertir las tendencias de preferencia al voto, fue, a lo sumo, una confirmación de la correcta elección o no de las estrategias de posicionamiento ante el electorado en la primera parte de la contienda. Nuestra democracia y sus participantes aún no encuentran en los debates un escenario determinante en la lucha por la representación política, ¿el segundo debate podrá serlo? En unas horas tendremos una respuesta.

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