La proyección de Lady Galerías

La magia de la vida: La proyección de Lady Galerías

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Ya tenemos una Lady Galerías, la popular historia del video de aquella persona que ataca a otra por una silla. Lo interesante en este acto es observar qué ocurre desde el inconsciente de esta mujer, misma que llama fea a la otra, claro, usando otras palabras que no tiene caso mencionar aquí.

Lo primero que dejó por ver, es su necesidad de liberar sus mecanismos de defensa, los cuales se consideran protecciones que nuestra mente genera de manera no consciente y muestran lo más profundo de nosotros, nuestros miedos, nuestras inseguridades. Fueron varios los mecanismos de defensa que se observan en el video, pero hablaré de uno en particular, ya que es del que poco nos damos cuenta en nuestro día a día y muchos, si no es que todos, en alguna momento de la vida lo cometemos: la proyección.

Seguro ya has escuchado el dicho “te estás proyectando”, pues bueno, nuestra protagonista dejó ver, al momento de decirle fea y falsa a la otra persona, que dentro de ella la fealdad da muchas vueltas. Usar feo o fea como insulto claramente connota en ti que la belleza y la superficialidad son relevantes para tu vida. Lo mismo ocurre cuando mientras discutes llamas gordo o gorda, prieto u otro adjetivo que busca ser peyorativo. Indicando que tu autoestima está hasta el piso, pero no tan terrible como cuando llamas mujercita a un hombre dejando ver tu miedo a la mujer y resaltando tu machismo.

Como comentaba, la proyección es un mecanismo de defensa en el cual atribuimos nuestro ser: pensamientos, sentimientos, deseos o impulsos inaceptables o incómodos, hacia otra persona. Observamos y señalamos en los demás lo que no queremos ver en nosotros. Lo anterior desde los aspectos positivos o negativos. La proyección se presentará con algunas características: en primer lugar, el no consciente. La persona no se da cuenta, pues la proyección está oculta dentro de nosotros. No somos conscientes de que estamos mirando y señalando nuestras propias emociones, pensamientos e inseguridades a otra persona. Otra característica de la proyección, es que se emplea para no tener responsabilidad sobre uno mismo. En lugar de enfrentar lo que nos incomoda dentro de nosotros, confrontamos a otros.

Lo anterior es muy común de hijos a padres cuando estamos en la adolescencia o adultez temprana. Otra característica es que, tras emplear una proyección, la persona reduce su estado de estrés y ansiedad, como ocurrió con nuestra protagonista, la cual empleó su necesidad de ataque para relajarse. En fin, no hay cómo voltear a nosotros mismos y darnos cuenta de cada una de las proyecciones que estamos empleando para sanar y tratar mejor a las demás personas

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