Ciudad de Demonios

Columna de Rodrigo Ordóñez Sosa: Ciudad de Demonios

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Quién no ha soñado con pasar una hora en tranquilidad tranquila, lejos del mundo, en un bar con dos cervezas sobre la mesa mientras el tiempo fluye hasta ir olvidando que el mundo existe, tus últimos problemas, el insomnio o la agonía de estar combatiéndote cada mañana para enderezarte de la cama y salir a la realidad nuevamente.

Básicamente ese anhelo tan humano es el principio de la historia Ciudad de Demonios del sello Black Label, donde el protagonista John Constantine por fin tiene la oportunidad de regresar a su taberna favorita en su natal Londres, para verse envuelto en los meses más desafiantes de su carrera como antihéroe de la compañía de DC Comics.

Este practicante de magia y embustero profesional decide salir a fumar un cigarro mientras espera una nueva ronda de bebidas, esta sencilla acción detonará que deba enfrentar a dos asaltantes, verse inmerso en un accidente que lo dejará tres meses en un hospital con una operación de cráneo y postrado sin más remedio que deambular en el plano astral, sin saber si las hordas del infierno elaboraron esta cadena de eventos para apoderarse de su alma o tiene raíces más profundas, ya que en su vida de hechicero ha molestado tanto a dioses como demonios por igual.

El comic tiene como detalle extraordinario que rompe con las historias tradicionales de Constantine, donde siempre se involucra la magia y seres sobrenaturales, en esta ocasión todo estácentrado en algo más terrenal para demostrarnos que los demonios que viven y rompen nuestra sociedad son producto de nuestra propia ambición, una mala decisión o un mal día que cambió todo para algunas personas, peor aún, estos factores los termina por aislar sin oportunidad de recibir ayuda de ningún tipo, terminando de romper su contacto con el mundo o reinterpretándolo para justificar sus acciones.

En este caso, el pretexto es la ambición de dos galenos de convertir la ciudad en un paraíso demoniaco que obligue a los señores del inframundo a mirar hacia ellos y otorgarles poder sobre el lugar. Con la sangre demoniaca como hilo conductor, acompañamos a John Constantine por la traza urbana de un Londres para descubrir quienes fueron infectados y que revelará en ellos esta transfusión: asesinos seriales, padres y madres devorando sus principios, artistas que verán en la mutilación una fuente de belleza.

Sin embargo, lo más trascendente es que eran personas que carecían de una red de apoyo, de alguien que estuviera con ellos en ese momento en que las cosas comenzaron a ir mal.

La creciente tendencia a respetar en exceso la intimidad o encerrarnos en nuestro mundo, impide que preguntemos muchas veces cómo van las cosas con nuestros amigos, un compañero de trabajo o un familiar. Sin saberlo con un simple ¿cómo te fue hoy?, probablemente estemos salvando una vida de la tristeza, la melancolía o de ahogarse en la desesperación.

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