Aquellos que matan y la perspectiva de la víctima
La selva del gato Rodrigo Ordóñez Sosa Rodrigo Ordóñez Sosa: Aquellos que matan y la perspectiva de la víctima
En la misma línea de las series de policía existen muchas creadas a partir de un asesino en serie o un crimen que se resuelve a través de un tiempo considerablemente extenso, están centradas en las o los detectives que llevan cargo el caso, siendo una profundización de los protagonistas, que los mueve o los elementos que le dan forma a esa pasión con que se entregan a un caso hasta su resolución.
Sin embargo, recientemente hubo una serie proveniente de la televisión sueca que profundiza más en las víctimas, dándole al espectador una oportunidad de reflexionar sobre las consecuencias del crimen. Aquellos que matan es una serie de televisión danesa de suspenso criminal que se estrenó en los países nórdicos el 1 de marzo de 2019.
La serie gira en torno a los intentos de la perfiladora criminal Louise Bergstein de relacionar una serie de asesinatos sin resolver, bajo la premisa del Scandi Noir, es decir, el subgénero nórdico que contiene elementos llenos de oscuridad, climas inhóspitos y paisajes congelados que resaltan la belleza del entorno, aunque claro se mueve en sótanos donde asesinan o violan personas.
Aunque ha recibido críticas mixtas, esta serie tiene un valor que muy pocas muestran: la perspectiva de las víctimas, las consecuencias que tienen que padecer, el sufrimiento y cómo sobrellevarlo a lo largo de la vida, por ello, agregan un ligero matiz psicológico como son los grupos de apoyo, la pulverización de la personalidad tras meses de encierro, los detonadores que nos hacen revivir el trauma una y otra vez.
Como toda serie, el tiempo es muy limitado y toman atajos para plantear los procesos que tardarían años en sanar, como sobrevivir a un violador serial y las implicaciones que tiene en la víctima, su familia y la forma de relacionarse. Como un ingrediente adicional, la serie también recorre el camino de los asesinos involucrados, los traumas del pasado o los abusos sufridos, la forma en que la familia esconde estos secretos y niega que ocurrieron.
Todo un coctel de costumbres sociales, muy similares a lo que ocurre en nuestra ciudad, que terminan por aplastar a las víctimas, no convertirlas en asesinos seriales, pero que se traduce en un reclamo de justicia que aun no acaba de consolidarse, porque la negación, el encubrimiento y la ausencia de interés por investigarlos, se convierten en un grito de furia y un reclamo de justicia ante la pereza del sistema judicial de darle prioridad a los casos que involucran la violencia de género.
Sin duda, Aquellos que matan no ofrece una renovación del género policial, hasta los detectives que intervienen parten del mismo lugar común ya que son divorciados, adictos al trabajo y creadores de sus propias reglas, aunque aquí tiene una importante variante: se resuelve el trauma del detective al rehacer su vida con la resolución del caso. Aunque tiene estas carencias, nos deja una lección importante: la misma sociedad, la familia y el sistema, al ignorar a las víctimas, sólo acaban por formar parte de aquellos que nos matan.